Felipe L. M. M. admitió ayer ante la jueza de Laviana haber matado a su hijo, Raúl Montes Delmiro, tras dispararle con una escopeta el pasado jueves en la casa familiar de Lantero. El acusado -que se enfrenta a un delito de homicidio e ingresó en prisión provisional tras declarar- se defendió argumentando que "sólo quería proteger a mi familia". El fallecido "tenía a toda la familia sometida a vejaciones, tanto al padre, como a la madre y a su hermano", según aseguró Jorge Canteli, abogado del acusado, a la salida de los juzgados, donde su defendido estuvo prestando declaración tres horas y media. Finalmente, la jueza, de acuerdo con el Ministerio Fiscal, decretó una orden de prisión provisional, comunicada y sin fianza para Felipe L. M. M., que fue trasladado a la cárcel de Villabona.

El acusado, que el pasado jueves regresaba a casa tras estar de caza, intervino al ver que Raúl estaba golpeando a su hermano. Fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Asturias hicieron hincapié ayer en el reconocimiento de los hechos por parte del acusado, así como en su testimonio posterior, donde Felipe L. M. M. "declaró que el clima de la convivencia familiar estaba muy deteriorado y siempre quiso proteger a su familia del miedo producido por los actos violentos, de distintos tipos y sucedidos en el tiempo, presuntamente cometidos por la víctima". También se hace referencia a que Raúl Montes "tuvo una orden de alejamiento del domicilio y de sus moradores durante diez meses en 2013, y que, por lo tanto, no estaba vigente en el momento del suceso". Esto último también fue corroborado por el abogado defensor, quien aseguró que, según declaró su defendido, "la situación era insostenible desde hace quince años y el pasado jueves podía haber muerto cualquiera de ellos, ya que hubo una discusión. Raúl había golpeado a su hermano y la situación se desbordó por la tensión".

"Intentó matar al padre"

Sobre la orden de alejamiento, Canteli confirmó que fue hace cuatro años cuando Raúl Montes Delmiro "intentó matar a su padre". Parecía que las cosas se habían calmado en los últimos meses. "Ahora vivía en casa con ellos porque parecía que había mejorado la situación", destacó el abogado quien, de momento, se abstuvo de confirmar qué medidas seguirá para defender a su acusado. "Es muy pronto, pero podríamos pedir defensa propia, miedo insuperable, arrebato o cualquier otro eximente, intentaremos demostrar los motivos que le llevaron a esta situación", destacó, haciendo hincapié en la "gravedad" de la posible condena. Y es que el delito de homicidio al que se enfrenta su defendido tiene una pena que va de diez a quince años de cárcel, aunque puede reducirse si se tienen en cuenta otros eximentes. Felipe L. M. M. tendrá un juicio con jurado popular.

Canteli señaló que lo ocurrido "se circunscribe al ámbito familiar, pero muchas personas de su entorno desconocían lo que ocurría en la casa; se lo comieron todo los padres y el hermano". Raúl Montes maltrataba a sus padres, pero tenía un historial conflictivo también en la calle. El joven, que había sido trabajador de Alas Aluminium, era aficionado al gimnasio y sus conocidos afirmaban que era "impulsivo" y "muy suyo". Fue detenido varias veces por protagonizar peleas.