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El drama demográfico: Mieres perderá 8.000 vecinos más en los próximos doce años

La Universidad calcula que el concejo tendrá 31.000 ciudadanos en 2029, una caída con un ritmo que duplica la media regional

Vecinos en el parque de Jovellanos de Mieres. FERNANDO GEIJO

Mieres ha perdido casi la mitad de su población desde finales de la década de los sesenta, cuando el municipio logró superar la barrera de los 70.000 habitantes. Actualmente el recuento no llega a los 39.000 y desde ya hace bastante tiempo una pregunta retumba en el fondo del valle, donde los núcleos urbanos intentan resistir ante el vertiginoso despoblamiento que sufre la zona rural. La cuestión es: ¿hasta cuándo se seguirá perdiendo población?. El laboratorio de Análisis Económico Regional (Regiolab) tiene respuesta para esta pregunta y no es esperanzadora. La proyección que hace este departamento de la Universidad de Oviedo es que en el horizonte de 2029 Mieres tendrá alrededor de 31.000 habitantes, 8.000 menos que ahora.

El economista Esteban Fernández es uno de los investigadores que integran el equipo de trabajo de Regiolab. Es, además, uno de los expertos que participa en las Jornadas de Desarrollo Local organizadas por la asociación "Camín de Mieres", un encuentro que arrancó esta semana y que se prolongará durante un mes con diferentes charlas y conferencias. Las previsiones demográficas para Mieres que maneja el citado laboratorio de análisis reflejan que la sostenida caída de habitantes se prolongará durante la próxima década. Será, además, y como hasta ahora, mucho más intensa que en el resto de Asturias. Siempre según los estudios realizados por Regiolab, el concejo perderá en el horizonte de 2029 un 18 por ciento de su actual población. La proyección a nivel regional apunta a un descenso del 9 por ciento. Es decir, Mieres duplicará en los próximos lustros el ritmo de despoblamiento previsto para el conjunto de la región.

"El horizonte no es nada halagüeño", reconoce Esteban Fernández. Este economista enmarca el diagnóstico de lo que está pasando en las Cuencas, en general, y en Mieres, en particular, dentro de una tendencia negativa que, según su explicación, puede decirse que se retroalimenta: "En economía el contexto influye. Se puede decir que el tamaño importa, al igual que el capital humano". Fernández argumenta que "se está produciendo en la región un proceso de divergencia y las poblaciones que tenía más habitantes en 1996 son las que más crecen". Dicho de otra manera, es que como si se produjera un efecto llamada o de atracción. "Los territorios que captan más población y actividad económica intensifican proyectan esta tendencia a largo plazo y viceversa". De esta forma, el periodo depresivo que atraviesa Mieres desde que arrancara el ajuste siderúrgico y minero es como un agujero negro que, poco a poco, se va haciendo más grande y mengua más la población.

El padrón de Mieres lleva ya tanto tiempo a dieta que, en este caso, hablar de adelgazamiento demográfico puede incluso quedarse corto. El concejo se quedó a finales de 2015 por debajo de los 40.000 vecinos y la cadencia de pérdida de población sigue a un ritmo vertiginoso. De hecho, la barrera de los 39.000 también se ha quebrado. A fecha del pasado mes de marzo, según el último recuento oficioso, eran 38.970 los vecinos censados en el concejo. Teniendo en cuenta que Mieres inició 2001 con 48.926 habitantes, el municipio ha perdido 10.000 vecinos en lo que va de siglo XXI. Las cifras reflejan claramente que Mieres no ha logrado en los últimos años frenar su ritmo de despoblamiento. Los expertos prevén que la tendencia se mantendrá sin cambios significativos en los próximos años salvo que algún tipo de medida excepcional que ahora no se vislumbra dé un giro inesperado.

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