Poder navegar por los embalses de Tanes y Rioseco está cada vez más cerca. El Pleno de la Junta General del Principado modificará el viernes la ley que regula el parque natural de Redes para posibilitar la navegación sin motor por estas enormes balsas de agua, una vieja reclamación del sector turístico y vecinal de la zona. La norma saldrá adelante por unanimidad con la inclusión de una serie de cambios con los que se han dado por subsanadas las deficiencias detectadas por los servicios jurídicos de la Cámara, que consideraba inviable el texto en su redacción inicial.

La ley fue impulsada por el PP y ha sido objeto de consenso por parte de todos los grupos parlamentarios, pese a algunas reticencias iniciales. La presidenta de los populares, Mercedes Fernández, defendió que la norma permitirá el crecimiento económico de la zona. Hasta ahora, estos embalses son de uso exclusivo para el suministro de agua a la zona central de la región y para la generación de energía. Aunque la posibilidad de navegar por los pantanos del parque natural de Redes no será tan inmediata. El Gobierno regional deberá de elaborar el reglamento que regule estos usos. Tendrá de plazo un año para hacerlo y deberá tener en cuenta una serie de criterios relacionados con la sostenibilidad ambiental y con el cuidado del medio ambiente. Precisamente, el de los plazos fue uno de los aspectos a los que habían puesto reparos los representantes jurídicos de la Cámara asturiana. El proyecto inicial pretendía que todo estuviera listo en seis meses. No será así finalmente.

Uno de los espejos en los que se miran las dos presas de Redes es el del pantano de Arbón (Villayón) que desde hace unos años combina la navegación con el suministro de agua a la zona y que abastece a los municipios costeros del occidente.

El debate sobre el uso lúdico de estos dos espacios lleva bastantes años en discusión, pero parece que comienza a ver la luz al final del túnel. Los vecinos de la zona llegaron a movilizarse hace unos meses, con el apoyo de los ayuntamientos de Caso y Sobrescobio, para reclamar que los embalses pudieran tener una vida alternativa.

Aunque en varias ocasiones esta petición se habían encontrado con las resistencias de los partidos políticos en Oviedo, que tenían serias dudas de que permitir la navegación no fuera a perturbar las aguas estancadas. La mayor detractora del proyecto ha sido la secretaria de Sanidad y Consumo en la comisión ejecutiva federal del PSOE, María Luis Carcedo, que en la última fiesta socialista de La Camperona defendió como prioridad la calidad del agua dado que abastece al 80% de la población asturiana. Sin embargo, dentro del partido también había voces favorables.