Los ministros de Energía y Cambio Climático de los 28 miembros de la UE, reunidos en el Consejo Europeo, acordaron aplazar el fin de las ayudas a las centrales térmicas que queman carbón. Con la propuesta que había lanzado inicialmente la Comisión Europea, los denominados pagos por capacidad -las ayudas extra que reciben las térmicas por estar disponibles y dar respaldo a las renovables- desaparecerían en 2020 para las centrales asturianas. Con la propuesta de peso del Consejo, el fin se aplaza al menos hasta 2025, con posibilidades de llegar a 2030 si se reducen las emisiones.

La negociación entre los Gobiernos europeos en Bruselas para planificar la transición energética hacia una economía descarbonizada se prolongó durante 14 horas y, como se preveía, se rebajó la ambición del plan, que seguirá en discusión tanto en el seno de la Comisión como en el del Parlamento Europeo. El acuerdo de los 28 fue a costa de rebajar el denominado "paquete de invierno" que había lanzado la Comisión. Se mantiene el objetivo de que el 27% de todo el consumo final de energía en la UE proceda de fuentes renovables en 2030, pero rebajan las medidas para cumplir ese objetivo.

Los denominados pagos por capacidad tanto a las centrales de carbón como a las de ciclo combinado (las que emiten más gases de efecto invernadero a la atmósfera) fue uno de los puntos más polémicos abordados por los ministros. Estas ayudas por disponibilidad y respaldo a las renovables son muy criticadas por los grupos ecologistas al considerar que incentivan a las tecnologías que emiten más CO2. La Comisión Europea, con el español Miguel Arias Cañete al frente del departamento de Acción por el Clima y Energía, había propuesto que las centrales térmicas no pudieran recibir estos pagos si emiten más de 550 gramos de CO2 por kilovatio/hora a partir de 2020. Esta medida -que había sido respaldada en el Congreso de los Diputados a iniciativa de Podemos por PSOE y Ciudadanos- suponía el fin de las ayudas dentro de tres años a las centrales de carbón asturianas, que superan esos niveles de emisiones, y ponía en peligro su viabilidad.

El nuevo plazo

La propuesta acordada ahora por los Gobiernos de la UE establece que la limitación de los 550 gramos de CO2 no se aplique hasta 2025 -un aplazamiento de cinco años-, momento a partir del cual los pagos por capacidad a las centrales de carbón se reducirán y se eliminarán definitivamente en 2030. La medida puede contribuir a alargar la esperanza de vida de las centrales de carbón asturiana, aunque pude llegar tarde para la de Iberdrola en Lada, con sentencia de cierre. Por su parte Gas Natural Fenosa aún no ha tomado una decisión sobre la continuidad de la central de Narcea, ubicada en Soto de la Barca (Tineo), y está a la espera de que se despeje el marco normativo europeo y estatal.

El comisario europeo de Acción por el Clima y Energía y exministro del PP Miguel Arias Cañete reprochó a los ministros de la UE "falta de ambición". Por su parte diferentes organizaciones ambientales apuntaron al ministro español de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal, como responsable del "bloqueo" a una transición energética libre de emisiones y advirtieron a la Unión Europea de que va en "una dirección peligrosa". Desde Greenpeace se destacó que España es uno de los países más vulnerables al cambio climático y se apuntó que esta Navidad los ministros europeos dejarán carbón a los ciudadanos tras haber decidido apoyar las subvenciones para las eléctricas, incluidas "las más contaminantes y peligrosas como las de carbón".