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Mieres Tubos despide a sus 58 empleados y ya ve inviable reflotar la actividad

La administración concursal no confía en la llegada de inversores, tras frustrarse el interés de un grupo chino por la factoría de Sueros

Trabajadores de Mieres Tubos, en una protesta frente a la factoría. J. R. SILVEIRA

La lenta agonía que la factoría de Mieres Tubos padece desde hace casi cuatro años parece estar llegando a su fin con el peor de los desenlaces. De momento, la plantilla ya ha quedado desvinculada de la empresa. Los 58 contratos que permanecían activos se han extinguido como paso previo al cierre definitivo de la histórica fábrica de Sueros. El administrador concursal considera que a estas alturas es casi inviable que se pueda cerrar un acuerdo de compra que permita la continuidad de la actividad empresarial. De hecho, según ha podido confirmar este diario, el único interés que a estas alturas suscita la antigua Perfrisa proviene de inversores interesados en su desmontaje y en la venta de piezas y maquinaria.

Mieres Tubos tiene los días contados. El expediente de extinción sigue su marcha. La plantilla ya ha sido despedida y a nivel interno ya existe el convencimiento de que no aparecerá un inversor milagroso que a última hora reflote la factoría. Los únicos empresarios que mantienen algún tipo de interés por la fábrica llegarían ya para comercializar los restos de la antigua Perfrisa, procediendo a su venta por partes. Al final, la posibilidad de que un inversor chino se hiciera con el control de la factoría para seguir con la actividad industrial está en estos momentos descartada. A finales del pasado 2017, y tras echarse atrás en la compra de la planta de Sueros el grupo italiano Amenduni, surgió la posibilidad de que llegaran inversores chinos. De hecho, un emisario de los empresarios asiáticos visitó incluso las instalaciones de la planta mierense. Al final, como predijeron los trabajadores, todo parece haber quedado en nada.

La antigua Perfrisa se encuentra en una situación límite desde hace meses. La clausura definitiva de la fábrica pondrá fin a casi cuatro años sin actividad industrial. Los problemas de Mieres Tubos se hicieron patentes a principios de 2014, cuando el Grupo Condesa comenzó a tener graves dificultades para abastecerse. Los sindicatos, por entonces, desconocían el alcance del problema financiero. La crisis estalló en mayo de ese año, con la paralización de la producción. Una medida en principio transitoria que se ha prolongado en el tiempo. La fábrica mierense tenía entonces alrededor de 90 empleados.

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