Las máquinas siguen paradas en el argayo de Anzó (Sobrescobio), que mantiene aislado al concejo de Caso por el corredor del Nalón desde hace tres semanas. La Consejería de Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente había anunciado que la obra civil estaba a la espera de "encontrar la mejor solución posible". Todo indica que no se retomarán los trabajos hasta que culmine el estudio de ingeniería. La apertura del paso alternativo para vehículos todoterreno, a través de un recorrido que cruza el río Nalón, tampoco está exenta de polémica. Los vecinos han organizado una protesta en Oviedo, ante la Consejería de Infraestructuras para el lunes al mediodía. Reclaman que puedan pasar todo tipo de vehículos, y la retirada del desprendimiento termine cuanto antes. En la primera jornada con el acceso abierto, pasaron cerca de 200 todoterrenos y el servicio de taxi trasladó a más de ochenta personas.

La carretera del corredor llega hasta Anzó con normalidad. Pero, a unos cuatrocientos metros del desprendimiento, la vía se corta al tráfico. A lo lejos ya se ve el desprendimiento. Cientos de toneladas de piedra que, hace tres semanas, cayeron sobre la calzada y cortaron el paso a vehículos y peatones. Ese primer día, una empresa visitó ya el lugar. Y las obras comenzaron al día siguiente. Pero el lunes, para sorpresa de los vecinos, el argayo amaneció con las máquinas paradas y sin operarios a la vista. Y así seguían ayer y seguirán, según fuentes oficiales, durante el día de hoy. La versión oficial de la Consejería es que las máquinas han llegado ya al punto más alto del argayo, el lugar donde se originó el desprendimiento. Hay una gran grieta que preocupa a operarios y técnicos. Fuentes del Principado aseguraron que hay un equipo de ingeniería revisando la situación para "optar por la mejor alternativa posible". Hay, al menos, dos posibilidades: seguir saneando el talud o comenzar ya a afianzar la ladera. Hasta que no se tome la decisión no se moverá ni otra piedra, ya que podrían producirse nuevos derrumbes.

La seguridad, además, se ha extremado desde que los coches pasan muy cerca del argayo de Anzó. El paso alternativo que se abrió el lunes supuso acondicionar una carretera que baja hasta el río Nalón desde el corredor, a unos cien metros del desprendimiento. Una vez superada esta primera parte del recorrido, los coches cruzan dos veces el río Nalón. Se han habilitado dos puentes, con tubos huecos de hormigón. El tramo se une a la antigua AS-117 y termina en la zona conocida como "la cuesta del Pantano".

Este "paseo", lleno de baches y con firme resbaladizo, lo hicieron más de 200 coches el lunes. En esa primera jornada, además, los taxis (encargados de completar la línea regular de autobuses, La Foz-Laviana-Oviedo y de los escolares) trasladaron a cerca de ochenta personas. El balance disminuyó notablemente ayer. Según explicaron responsables del servicio, "el primer día había mucha gente que necesitaba pasar para recoger sus coches, también hubo traslados de operarios y responsables de obra". Los vecinos de Caso recibieron el paso alternativo con resignación, "menos es nada", pero los hosteleros y empresarios reclaman que se mejore para que también puedan circular los turismos. Aseguran que el "argayón" sólo ha traído pérdidas. En algunos casos, de hasta el cincuenta por ciento.