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La situación de las infraestructuras en el alto Nalón

Los conductores denuncian que en el tramo El Condao-Rioseco "llueven piedras"

Los vecinos alertan ante la posibilidad de más argayos en la zona alta del Corredor y exigen que se tomen medidas para evitar la caída de rocas

Los conductores denuncian que en el tramo El Condao-Rioseco "llueven piedras" FERNANDO RODRÍGUEZ

Las tareas para la retirada del argayo de Anzó, que tanto afectó a Caso, siguen adelante. Los operarios continúan con los trabajos de colocación y fijación de las mallas en la ladera afectada para prevenir desprendimientos. A continuación se acometerá la retirada de las rocas acumuladas en la calzada y se revisará el estado de la vía. El alcalde de Caso, Miguel Fernández, expuso que "se está yendo todo lo deprisa que se puede ir, se trabaja con una plataforma en altura y hay que tener cuidado. Se va a buen ritmo". En la imagen, la obra, ayer.

Los conductores y los vecinos del alto Nalón lo tienen claro: el "argayón" de Anzó, que ha mantenido a Caso prácticamente incomunicado durante semanas, puede no ser un caso aislado. En el tramo de carretera comprendido entre El Condao y Rioseco, y en la zona entre Anzó (donde la montaña se vino abajo) y Tanes, existen varios tramos en los que "llueven piedras" casi todos los días. Algunas de estas rocas, además, son de grandes dimensiones, "con el peligro que ello supone". Por el momento, ha habido suerte, y los desprendimientos han coincidido siempre cuando no pasaban los vehículos.

En la presentación de la base de datos sobre argayos que se presentó hace unos meses en el Colegio de Geólogos de Asturias ya se advertía que, de toda la región, el valle del Nalón es la zona más expuesta a los desprendimientos. Es una realidad que el argayo de Anzó se encargó de recordar, ocasionando graves daños a la economía y a la vida diaria de los vecinos. Pero la cosa puede no quedarse ahí. En los últimos meses se han producido, tal y como explican los conductores que usan diariamente el Corredor del Nalón en el tramo de Laviana, Sobrescobio y Caso, "graves desprendimientos". Una de las zonas más afectadas es la garganta por la que discurre la carretera entre El Condao (Laviana) y Comillera (Sobrescobio), donde de hecho algunas peñas de gran tamaño llegaron incluso a dañar la carretera, que tuvo que ser rebacheada.

"Diariamente hay pequeñas piedras, y muchos días, rocas de buen tamaño en la carretera", denuncian los vecinos. Algo que ya ocurría en la zona donde se produjo el argayo de Anzó, y que sigue pasando tanto entre El Condao y Rioseco como en el tramo del Corredor de la llamada "cuesta de Tanes", justo a continuación de la zona del gran desprendimiento. Vecinos y conductores solicitan que se "tomen medidas" y que al menos, cuando se solucione el problema de Anzó, se estudie la zona y se tomen medidas para evitar las constantes caída de rocas.

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