Iberdrola no planea, "en principio", poner en marcha ningún tipo de instalación alternativa en Lada si finalmente -tal y como ha solicitado la propia compañía- se autoriza el cierre de la central térmica. Esta opción había sido planteada por los representantes de los trabajadores y por la unión comarcal de UGT. Los responsables de la multinacional esgrimieron que los trabajadores serán recolocados en otros centros de la firma vasca, pero fuera de Langreo. También expusieron que la actividad de la térmica se desarrollará "con normalidad", sin recortes de producción, hasta que exista la certeza de que se va a producir el cierre.

Días atrás, José Manuel Vallina, delegado de UGT y miembro del comité de empresa de la térmica de Lada, insistió en el rechazo de los trabajadores al cierre de la térmica aunque demandó que, llegado ese caso, Iberdrola ofrezca "alternativas" para mantener su tejido industrial en la comarca como parte de su "responsabilidad social corporativa e institucional" en todos los territorios donde tiene actividad. Vallina apuntó que en todos los emplazamientos donde Iberdrola cerró sus térmicas de fuel instaló centrales de ciclo combinado de gas, por lo que en Lada también "podría haber algún tipo de alternativa para seguir generando energía por otros medios".

El secretario general de UGT en la comarca del Nalón, Ángel García Montes, también pidió la puesta en marcha de iniciativas por parte de la compañía para "compensar" a la comarca del Nalón por "las emisiones de todos estos años", como, por ejemplo, "un centro ambiental para investigar las causas del cambio climático".

Un plazo de cinco años

Sin embargo, esas alternativas no están en los planes de la compañía vasca. "En principio no valoramos poner en marcha nuevas instalaciones en Lada", indicaron los representantes de Iberdrola, para destacar a continuación que todavía no se ha autorizado el cierre de la térmica, que está pendiente de la aprobación del Gobierno central. También aseguraron que, hasta que esa clausura no se produzca, la planta langreana seguirá funcionando con "normalidad", sin recortes en su actividad o en su producción.

Iberdrola puso en marcha a principios de noviembre los trámites administrativos para poder iniciar el desmantelamiento y cierre de la planta térmica de Lada. La compañía eléctrica justificó la decisión por su renovada apuesta para reducir las emisiones contaminantes a la atmósfera, tal y como exige la Unión Europea (UE). En los últimos años la empresa había desembolsado unos 115 millones de euros para reducir las emisiones. Ese gasto garantizaba la vida de la planta hasta 2020.

Los cálculos iniciales de la compañía, tras anunciar el cierre, pasaba por resolver en un año los trámites para conseguir el permiso del Gobierno y otros cuatro para desmontar la instalación. Sin embargo, la decisión se encontró con el firme rechazo del Ejecutivo central.