El viceministro de Energía polaco, Grzegorz Tobiszowski, afirmó esta semana que el carbón se mantendrá como la principal fuente de energía de Polonia durante los próximos años, aunque su peso en el mix energético se irá reduciendo progresivamente hasta el 60 % para 2030. Una afirmación que contrasta con las políticas europeas, que en el caso de España, donde el peso del carbón se sitúa en torno al 17 por ciento del mix nacional, obligan a cerrar las minas no competitivas el 31 de diciembre de este mismo año. En el caso de Polonia, la hulla y el lignito producen alrededor del 80 % de la energía que se consume en Polonia.

El viceministro polaco explicó que "la proporción de otras fuentes de energía va a ir aumentando gradualmente, mientras que el peso del carbón perderá terreno", aunque precisó que esto "no va a conllevar una reducción en el volumen de producción de carbón para la industria energética antes de 2030". El pasado año las minas polacas extrajeron unas 65 millones de toneladas de carbón, la mayoría de las cuales se destinaron al mercado energético interno, en un sector que emplea a cerca de 90.000 trabajadores. La compañía minera de carbón más grande de Europa es la polaca JSW. El viceministro de Energía recordó que la electricidad en Polonia es más barata gracias al precio reducido del carbón nacional.

Polonia ha sido un gran aliado en el seno de la Unión Europea para España a la hora de defender la continuidad de las explotaciones de carbón y para tratar de dar marcha atrás a la Decisión 787 de diciembre de 2010. El futuro del mineral español se conocerá en apenas meses, pero pinta bastante negro.