La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Mieres y Langreo tienen la viñeta más cara de Asturias, por detrás de Oviedo

Un vehículo de gama media paga 126 euros, cuando en Avilés son 121, 120 en Gijón y 95 en Siero, concejo equiparable en población

En Mieres y en Langreo los propietarios de un turismo de gama media (de entre 12 y 16 caballos fiscales) han tenido este año que pagar 126 euros para abonar el recibo del impuesto sobre los vehículos de tracción mecánica, conocido popularmente como la "viñeta". Se trata de un importe que supera ampliamente a lo que se paga en Avilés (121), Gijón (120) y Siero (95). En Asturias, no obstante, destaca sobre manera el elevadísimo coste que este impuesto tiene en Oviedo, donde se pagan 141 euros.

La información estadística que divulga el Ministerio de Hacienda indica que el impuesto sobre los vehículos es bastante más caro en Mieres y Langreo de lo que es, salvo en Oviedo, en el resto de grandes municipios asturianos. La diferencia resulta llamativa en el caso de Siero, el concejo que demográficamente más asemeja a los principios núcleos urbanos de las Cuencas. Los sierenses pagan por un turismo de gama media tan sólo 95 euros, ahorrándose 31 con respecto a mierenses y langreanos.

Mieres, tras abordar el anterior mandato un importante subida del impuesto, lleva varios años con él congelado. En el caso de Langreo este año el gobierno local ha incrementado el coste de la "viñeta" en un 1,9 por ciento. Los ayuntamientos tienen capacidad para modificar la tarifa y también para establecer recargos y bonificaciones en un tributo que, según la administración, se justifica como contraprestación a los servicios públicos locales relacionados con la circulación y que incide también sobre la capacidad económica al gravar más a quienes tienen coches más potentes.

El impuesto sobre vehículos de tracción mecánica se creó hace veinte años. La justificación usual del impuesto es que la posesión y circulación de un vehículos produce externalidades negativas, que en principio deben ser compensadas mediante gastos por parte de la administración local. Este gravamen tiene algunas peculiaridades técnicas que han estimulado la aparición de pequeños "paraísos fiscales" en algunos ayuntamientos españoles. El contribuyente obligado al pago del tributo no es directamente el propietario del vehículo, sino el titular del permiso de circulación, que puede ser o no el dueño, y el ayuntamiento donde se paga se determina asimismo según la residencia que figura en ese permiso. La combinación de esa norma y de la capacidad de los ayuntamientos para fijar una tarifa mayor o menor incentiva a veces la domiciliación de vehículos en municipios con baja tributación.

En las últimas semanas, los colectivos vecinales tanto de Langreo como de Mieres han apostado por llevar a cabo una reducción de impuestos, sobre todo en la zona rural, con el objetivo de impulsar la economías de los pueblos de ambos concejos. En concreto, la reclamación se centra en el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), que se pide sea reducido sobre todo en las áreas rurales, para incentivar así el arreglo de casas y el asentamiento de población en estas zonas. También se pide incentivar fiscalmente a las empresas que estuvieran interesadas en instalarse en los pueblos.

Los vecinos de las Cuencas llevan tiempo quejándose de que la carga impositiva que pagan es similar a la de las grandes ciudades asturianas, pero sin recibir a cambio la misma cantidad de servicios. En el caso de la impuesto sobre los vehículos de tracción mecánica, la "viñeta", es el más caro de la región, a excepción de Oviedo.

Compartir el artículo

stats