Entre los múltiples ofrecimientos discográficos estandarizados -conciertos de Año Nuevo, recopilaciones varias del famoso tenor de turno que la mayoría de las veces no pasan de ser más que refritos para justificar una nueva sesión de fotografías- destacan aventuras que, a pesar de cómo está el panorama, son capaces de ir más allá, de arriesgar. El mundo de la música clásica es muy rico y por eso se agradecen, sobre todo si se trata de intérpretes jóvenes, la audacia de mostrar obras de infrecuente escucha en los escenarios y que permiten al melómano ampliar sus intereses.

Acaba de salir al mercado una grabación del dúo «Eight Strings» que integran la violinista Valeria Nasushkina y el violonchelista Mikael Samsonov y se trata de un verdadero acontecimiento por varias razones. En primer lugar está la acertadísima elección de las obras que integran el disco y en segundo debe destacarse de manera rotunda la excelencia en la interpretación, de sorprendente perfección técnica y madurez en la ejecutoria.

El recorrido musical abarca diferentes períodos históricos y, por tanto, se trata de un trabajo que exige, y mucho, desde el punto de vista estilístico. Y este es precisamente uno de los puntos fuertes de la interpretación de «Eight Strings», su versatilidad total en la interpretación que, además, se potenciada por versiones en las que se deja ver el empuje y el dinamismo de dos intérpretes jóvenes de sólida formación que son capaces de aportar cosas nuevas e imaginativas, desde una tradición que sirve de soporte. Hay primeras grabaciones mundiales como un dúo de Giovanni Battista Cirri que es una delicia, o los sensacionales «Ocho dúos para violín y violonchelo, op. 39» de Reinhold Glière que cierran el disco, así como otras de gran interés de Kodály o Halvorsen. Para los amantes de la buena música de cámara estamos ante un disco de referencia, del máximo interés.

Continúa el sello Archiv su serie sobre Tomás Luis de Victoria y nos deja, en una de sus entregas, una sensacional «Missa Ave Regina» para ocho voces y órgano y diversos motetes y música para vísperas. El esplendor de la música de Victoria -uno de los compositores más importantes de la Europa de su tiempo- llega con nitidez a través de la preciosista interpretación del Esemble Plus Ultra -agrupación refinada hasta decir basta- a las órdenes de un buen conocedor de este repertorio como es Michael Noone. Toda la serie supone un repaso minucioso a la creatividad de un autor que ha dejado escritas obras de inmensa bellezas que, pese a todo, no gozan de la popularidad que debieran frente a otros coetáneos suyos que sí gozan del favor generalizado de intérpretes y público.