Oviedo, José PALACIO

En la aventura de los dos escaladores murcianos tuvo una gran influencia un radioaficionado de Llanes, Nacho Torre, cuya colaboración fue decisiva para culminar con éxito la ascensión.

Nacho Torre recuerda que las primeras noticias que tuvo de los murcianos fue de manera casual a través de su emisora un domingo por la mañana. «La encendí y les escuché desde la base del Naranjo intentando ponerse en contacto con la Guardia Civil de Carreña. No les contestaban y salí yo por si necesitaban algo. Me parecía imposible que con el temporal hubiese alguien en ese lugar. Me explicaron su plan y me preguntaron si les podía hacer de enlace. Acepté y a partir de ahí estuvimos todos los días en contacto».

Nacho Torre recuerda que fueron jornadas agotadoras que se unían a las de su trabajo diario en Autos Ford de Llanes, donde era jefe administrativo. «Salía del trabajo y establecía comunicación con ellos. Era su único contacto y estaba siempre pendiente de todo lo que necesitaban».

La repercusión mediática de la aventura fue posible a Nacho Torre y a un amigo suyo, Chemo, que crearon un aparato para conectar su emisora al teléfono y así poder establecer comunicación con varias emisoras de radio, la primera de ellas Antena 3, con José María García al frente. «Se convirtieron en un boom mediático», asegura.

Nacho Torre, que 25 años después sigue en la misma empresa, aunque ahora en el cargo de gerente, reconoce que esa experiencia le marcó. «No sabía nada de escalada y me tuve que poner al día para ayudarles en todo lo que podían necesitar. Les pasaba los partes meteorológicos. Cuando estuvieron enfermos les ponía en contacto con los médicos para decirles lo que tenían que tomar... Fueron unos meses intensos, de no parar y estar siempre pendiente de cualquier circunstancia que les pudiese afectar en su escalada».

Tras concluir la aventura, Nacho Torre fue a recibir a los dos montañeros a Poncebos y de ahí se marchó, junto a su mujer, Teresa, a Murcia con ellos. «Se empeñaron en que les acompañásemos. Era una manera de agradecernos nuestra colaboración y nos trataron muy bien».

A la hora de echar la vista atrás, Nacho Torre califica su experiencia de «muy positiva y única. Nunca imaginé, ni por lo más remoto, que iba a vivir tan de cerca una aventura tan apasionante». De ella, además de buenos recuerdos y a pesar de haber aparcado su faceta de radioaficionado hace años, guarda todavía una gran amistad con los dos montañeros, en especial con Miguel Ángel Vives, con quien mantuvo contacto durante varios años.