Gijón, V. RIVERA

Son jóvenes, están sobradamente preparados y tienen un sueño por cumplir: hacerse un hueco en la primera plantilla del Sporting. Raúl, Pedro Orfila, Alain, Pablo Acebal y Carlinos forman la última hornada de «yogurines» salida de la inagotable fábrica de Mareo. Junto a ellos, un casi imberbe José Ángel -más joven que la mayoría- ocupa por derecho propio un sitio en el vestuario de los grandes. De cómo les vayan las cosas este verano, dependerá su suerte.

t Un gato montañés. El portero Raúl Domínguez Carral (San Román de Cayón, Cantabria, 1-11-86) llegó al Sporting el pasado verano procedente del Guarnizo como una recomendación expresa de Preciado y a través del representante de ambos, Fermín Gutiérrez. En el filial, alternó la portería con Sergio Sánchez II y mostró un alto nivel. Lo que más llama la atención son sus grandes reflejos en los remates a quemarropa.

t La gran oportunidad. A Pedro Orfila Artime (Luanco, 6-3-88) la gran oportunidad de su vida le cogió casi por sorpresa. El propio lateral derecho confiesa que no pensaba en hacer la pretemporada con el primer equipo. Y mucho menos en ser la única alternativa a Sastre. Su gran valedor es Emilio de Dios, quien fue su entrenador en el primer año en el Sporting, cuando era un infantil recién llegado del Avilés.

t Segundo intento. A pesar de ser el benjamín del grupo, Alain Álvarez Menéndez (Gijón, 13-11-89) afronta su segunda pretemporada a las órdenes de Preciado. La primera fue hace dos años, cuando sólo tenía 17. Ahora, con dos temporadas más de experiencia, este polivalente central, puede jugar también de lateral derecho y de pivote defensivo, espera convencer a Preciado.

t Un extremo de los de antes. Al primer golpe de vista, el parecido con Pablo Álvarez es asombroso. La forma de correr, los gestos, los regates... Pablo Fernández Acebal (Gijón, 5-3-87) es un extremo a la vieja usanza. De esos que se pegan a la línea de cal y recortan hacia afuera. La temporada pasada destacó en el filial y muchas voces ya pidieron una oportunidad para él en el primer equipo. Es su momento.

t El regate como argumento. Con un físico que no acompaña demasiado, Carlos Menéndez Hevia, Carlinos, (Oviedo, 17-2-87) ha encontrado en el regate una vía de escape para hacerse un hueco en un fútbol profesional que apuesta por el músculo. Este menudo delantero dribla, marca y también asiste, por lo que también se siente cómodo en la mediapunta. En su primer día con los mayores, se regaló con un golazo. Carlinos es, a día de hoy, la gran alternativa a la «doble B».