Oviedo, J. I. CASTAÑÓN

Más populosa y popular que nunca, la XXVI edición de la «San Silvestre» de Oviedo quedará en la historia como la del doblete. Y es que el riosano Alberto Suárez (Oviedo) y la atleta hispano marroquí Samina Mhamdi despidieron el año en la capital asturiana haciendo bueno el dicho de los desaparecidos almacenes carbayones Al Pelayo, de dos por el precio de una. No en vano Suárez y Mandhi habían vencido respectivamente en las «San Silvestre» matinales de Siero y de Laviana repitiendo horas después su victoria en las calles ovetenses.

La «San Silvestre» fue populosa porque participaron más de 2.000 personas en la prueba absoluta, y 500 en las menores, algunos sin dorsal y otros tantos sin chip -no aparecen en las clasificaciones oficiales-, y fue popular porque salvo contadas excepciones ya no cuenta con el respaldo de los corredores que dominan en el campo federado regional. Lo cierto es que la élite ha huido de Oviedo y lo sucedido en 2009 tendría difícil encaje no ha muchos años cuando el triunfo en la capital estaba reservado a atletas bien profesionales o semiprofesionales

En este escenario, y en un día más gélido que el que las previsiones meteorológicas preveían, Alberto y Samina escribieron su particular gesta. El riosano, con un mérito indudable, y es que cuenta con el hándicap de su discapacidad visual -es campeón nacional de 10.000 metros en B2 y medallista europeo- siendo su objetivo más deseado el de firmar una buena actuación para el Mundial de Nueva Zelanda de 2011 para el que ha de conseguir la mínima este año. Por su parte, Samina, porque la atleta de origen ceutí, a sus 32 años ha emprendido hace unos años una travesía cuando menos curiosa. La vencedora en Oviedo es una atleta de talla internacional, pero de ¡400 metros vallas! (53 segundos), y la ausencia de instalaciones en Ceuta la ha obligado a reconvertirse en fondista, según declaró su marido de origen gijonés, que la llevo por primera vez a conocer Asturias durante estas fiestas.

La carrera en términos deportivos fue un duelo a tres bandas entre el ganador Alberto Suárez y los veteranos Paulino José García (Santina), a la postre segundo real (no tenía chip), y Luis Díaz, vencedor de la última edición que no estaba inscrito y corrió sin dorsal, y que aún convaleciente de un virus intestinal plantó cara a ambos. Juan Fuego, Secades, Díaz Puerta y Javi Mier se mantenían al acecho dispuestos a asestar un golpe al trío, pero no lo consiguieron.

En la segunda vuelta de las dos del circuito de 4400 metros a la altura de la calle Uría Alberto incrementó el ritmo soltando a Luis Díaz y madurando a Paulino J. Díaz del que se despegó en la calle marqués de Pidal antes de la última subida a la calle Conde Toreno, que es por su dificultad una de las jueces de la prueba.

Samina firmaba su triunfo con indudable suficiencia y aventajaba en casi dos minutos a María Antonia Is y Carmen del Prado, tercera.

El color rojo del patrocinador de la carrera, que sorteaba equipamientos deportivos a quien corriera la con la camiseta que se distribuía con la inscripción ganó por goleada, aunque hubo también un buen puñado de irreductibles que corrieron con las camisetas azules del Real Oviedo queriendo homenajear de este modo a su equipo. Un volveremos que se hará realidad para la «San Silvestre» 2010.