George Lucas, creador de la saga de «La guerra de las galaxias» y coguionista y productor de «En busca del Arca perdida», nada menos, dijo que el fracaso comercial de «THX 1138», su primer largometraje, le hizo reflexionar acerca de su trabajo. Lucas se dio cuenta de que debía elegir entre hacer películas de diversión o resignarse a ser programado sólo por las cinematecas. Eligió lo primero. Pero la reflexión de Lucas es falaz porque, primero, supone que las cinematecas no deben programar películas comerciales, y, segundo, admite que una película comercial no es digna de ser programada por una cinemateca. Y las dos cosas son falsas. Si las filmotecas, los cineclubes o los espacios de cine de La 2 se negaran a programar «La guerra de las galaxias» o «En busca del Arca perdida», deberían ser expulsados del paraíso del cine, y un querubín con el sombrero de Indiana Jones y armado con una espada láser guardaría el camino para que no pudieran regresar jamás. La diversión y el cineclub son tan compatibles como el buen juego y los buenos resultados en fútbol.

Hay que desconfiar de todos los George Lucas del fútbol que nos obligan a escoger entre la diversión y los puntos. ¿Desde cuándo un equipo que nos divierta jugando al fútbol no puede ganar partidos? Hace tiempo que los equipos de fútbol italianos prefieren ser programados en las salas de arte y ensayo a entretener a los espectadores, y ahí tenemos al Inter de Milán, supercampeón en Italia y vulgar hasta el bostezo cuando juega partidos de la Liga de Campeones. Los equipos ingleses, en cambio, prefieren el entretenimiento a la filmoteca, como pudimos comprobar en el divertidísimo Arsenal-Everton del pasado fin de semana. El espectacular Inter-Siena, con victoria imposible de los chicos de Mourinho después de una remontada tan irracional como hermosa, seguro que es un espejismo, y pronto veremos a Samuel Eto'o desesperarse al formar parte de una película que sólo aprecian los intelectuales de los banquillos. En la Liga española vemos de vez en cuando partidos de cinemateca y algunas veces partidos de entretenimiento, pero parece que vamos entendiendo que las películas protagonizadas por Luke Skywalker e Indiana Jones pueden verse desde la fila siete del cineclub más exclusivo, es decir, que se pueden ganar partidos jugando bien e, incluso, muy bien.

El Real Madrid ya lo ha entendido. El Barça, también. Sin embargo, el Real Madrid llega al entretenimiento desde la cinemateca del resultadismo, mientras que el Barça llega al cineclub desde el fútbol comercial. Pero ya están a la misma altura: los dos quieren ganar jugando bien, y saben que una cosa no impide la otra. La decisión de jugar como Indiana Jones para sumar tres puntos no es algo al alcance sólo de los dos grandes equipos de la Liga española, como demostró el Racing de Santander (y, más concretamente, Sergio Canales) en el Sánchez Pizjuán de Sevilla. Supongo que, a estas alturas, habrán visto mil veces los dos goles de Canales al Sevilla. Dos maravillas. ¿Han escuchado también al propio Canales explicar cómo metió los goles? No tiene nada que ver el segundo gol de Canales, por ejemplo, con la narración de Canales. El gol es puro entretenimiento, mientras que la narración es pura cinemateca. Canales recibió el balón, encaró la portería, dribló al portero con un gesto tan sutil que pareció invisible, engañó a Adriano, que intentó bloquear a la desesperada su disparo, y remató a puerta con la seguridad de un pistolero. Eso hizo. Según Canales, un futbolista de 18 años, en el segundo gol al Sevilla dribló y disparó. Eso hizo. Es como si George Lucas dijera que «La guerra de las galaxias» es una película de guerra en las galaxias.

Me parece bien que jugadores como Sergio Canales dejen el espectáculo para los hechos y reserven la fría dialéctica de los goles que valen puntos para las declaraciones pospartido. Me parece bien que el Real Madrid, el Barcelona, el Sevilla cuando le sale, el Valencia cuando le toca, el Villarreal cuando puede, el Atlético de Madrid cuando sabe Dios por qué o el Mallorca cuando juega en su casa no crean que la diversión está reñida con los tres puntos. Y me parece bien que la Liga española mire con un ojo a Italia y con otro ojo a Inglaterra. En la mejor Liga del mundo, Luke Skywalker e Indiana Jones se ven desde la fila siete.