Moreda, J. E. CIMA

Chechu Rubiera (Gijón, 1973) inicia el próximo miércoles en la Vuelta a Murcia su decimosexta temporada de profesional, convertido por ello en un clásico del pelotón al que se respeta dentro y fuera de la carretera. Desde cómo trabajó en cinco de los siete triunfos en el Tour de Francia de Lance Armstrong a sus victorias particulares en etapas del Giro (1997 y 2000), en la Vuelta al Alentejo (1999 y 2000), la Subida al Naranco (1998 y 2000), en la Vuelta al Lago Quinghai en China (2007) o la Vuelta a Murcia (2008). Ahora Rubiera, a sus 37 años, logra otro triunfo especial, cual es ser el primer ciclista en activo que con Coto Bello, fin de etapa de la próxima Vuelta a España el 13 de septiembre, tendrá una cumbre dedicada a él: la cima «Chechu Rubiera».

LA NUEVA ESPAÑA acompañó a Rubiera el martes al mediodía a inspeccionar el final de esa etapa reina de la Vuelta en los 10,3 kilómetros de ascensión final, con una pendiente media del 8,5% y una rampa máxima del 17%. El gijonés, con su nuevo maillot del Radio Shack -rojo y negro-, que lidera Armstrong, hizo la ascensión en series de agilidad y otras de fuerza. Hasta que a falta de 1.250 metros para la cima (a 1.195 metros de altitud) tuvo que poner echar pie a tierra porque la nieve y el hielo le impedían subir más en bici y corría riesgo de caer y lesionarse.

Sobre esta montaña allerana, que antes era una mina a cielo abierto, Rubiera reconoce que «es una subida guapa para cicloturistas y aficionados, porque es dura y no tiene descanso. Además es larga, no las habituales de Asturias de 20 minutos, salvo cuando se sube hacia la Meseta. Creo que es una buena apuesta, pues tiene el rango equiparable a un buen puerto del Tour o el Giro. Yo la compararía en dureza a Alpe d'Huez (13 kilómetros al 8,19%). La diferencia con éste o el Tourmalet, de parecido desnivel, es que tienen más altitud y a partir de los 1.800 metros te falta oxígeno».

Lo que si aclara el gijonés, con su modestia y sinceridad, sobre la idea de dar su nombre a Coto Bello es que «el tema me desborda, porque soy al único en activo al que le dedican una cima y hay un abismo con otros campeones que la tienen, como los Coppi o Fuente. Esto fue por la amistad que tengo con cicloturistas de Aller. Es un orgullo y una gran alegría».

Por otro lado, hablando ya de la etapa entre su Gijón natal y la cumbre de Coto Bello (de 179 kilómetros), comenta Chechu que «será la etapa reina de la Vuelta, porque antes se subirán Cabruñana, San Lorenzo y Cobertoria, y la gente llegará fatigada. Es una montaña que motivará mucho a los grandes escaladores, porque saben que aquí se marcaran diferencias importantes de cara a la general».