Oviedo, C. A. S.

La campaña salmonera se reanudó tras el vedado del lunes con mucha agua en los ríos y ningún salmón en la caña de los pescadores. La jornada estuvo marcada por los intensos chaparrones, que sobre todo por la tarde dejaron las riberas casi desiertas. Los cauces, bastante altos con excepción de Eo y Esva, tampoco contribuyeron a facilitar las cosas a los deportistas de la caña.

Un salmón que se le desprendió a un aficionado gallego en el lote 3 de Puente Nuevo, coto administrado por la vecina comunidad, fue a la postre la nota más emocionante del día. El río occidental se encuentra bastante pescable, aunque es sabido que el Principado ha dispuesto para sus salmones una especial protección. Es la consecuencia de la drástica bajada de capturas del año pasado. Cotos que campañas atrás ofrecían un aceptable rendimiento, casos de Estreitos y Louredal, son ahora zonas de pesca sin muerte. Y Piago Mayor ha pasado a ser refugio de pesca. Quedan, eso sí, dos buenos cotos tradicionales, La Volta y La Pena, cuyos titulares acudieron ayer pero sin que les acompañase la fortuna. El campanu se hace de rogar.

El Esva fue el otro cauce también bastante pescable. Acudieron los titulares de los cotos Brieves, Chamberí, Trevías y Piedrablanca, así que no faltó animación, sobre todo por la mañana.

El Narcea se puso especialmente alto por la tarde, coincidiendo con la suelta desde el embalse de Calabazos. Aunque tampoco por la mañana presentaba las mejores condiciones. No estaba para el uso de cebo natural, así que la mayoría optó por la cucharilla.

Los pocos valientes que se acercaron a las riberas del Sella y el Cares fueron los que desafiaron las mayores inclemencias del tiempo. Desde los puestos de precintaje de El Portazgo y El Tilo se nos dio cuenta de que la jornada había estado de veras pasada por agua. Ambos cauces acusaron la intensa lluvia y sus aguas enturbiaron algo. Por la mañana aún se vio algún pescador echando unas varadas, pero por la tarde su presencia decreció.