Oviedo, E. C.

«Ojalá que las dos plazas libres que dejan los primeros para subir a Segunda sean para nosotros y para el Oviedo». Ése es el deseo del asturiano Iván Casquero (Gijón, 1979), que desde el pasado mes de enero milita en el Universidad de Las Palmas, rival del Oviedo este domingo en el Tartiere. Los canarios, quintos con 61 puntos, los mismos que Guadalajara y Puertollano, tercero y cuarto, llegan al municipal ovetense a jugarse una plaza para luchar por el ascenso. «Afrontamos este partido con mucho respeto tanto por la afición como por el estadio, y vamos con toda la ilusión del mundo porque ellos ya han hecho los deberes, pero a nosotros nos queda el último esfuerzo para poder optar al ansiado ascenso».

Para el futbolista asturiano, el choque «será un partido especial, primero, porque me enfrento al Oviedo, y segundo, porque nos jugamos toda la temporada, lo que hicimos en las anteriores jornadas depende de hacer un buen papel el domingo ante el Oviedo», comentó Casquero, quien militó en el conjunto azul entre 1995 y 2000, alternando su presencia entre el primer equipo y el Vetusta. Su debut en Primera División fue con la elástica oviedista durante la campaña 1995-1996, estando el serbio Brzic en el banquillo.

«Guardo muy buenos recuerdos de mi etapa en el Oviedo, hace ya diez años que me fui, y la verdad es que desde el día que me marché mi ilusión ha sido volver», comentó el medio asturiano, quien en verano de 2006 y en enero de 2008 estuvo a punto de retornar al club carbayón. «La verdad es que cuando más cerca estuvo mi regreso fue hace tres veranos, pero tenía una cláusula que me lo impidió», reconoció, «ahora estoy en Las Palmas y mi sentimiento por el Oviedo pasa a un segundo plano, ahora me centro en asegurar la fase de ascenso y para ello sólo nos queda ganar, porque, si no, ya no dependeríamos de nosotros mismos, y ya lo veo más complicado».

Casquero tiene a sus espaldas la disputa de varias fases de ascenso a Segunda, la mayoría con la Cultural Leonesa, equipo en el que jugó entre 2001 y 2007, y el Fuerteventura, donde militó los dos últimos años, aunque no consiguió con ninguno de los dos subir de categoría. «Las fases de ascenso son otro mundo, y tal y como está planificado ahora los más beneficiados son los que acaban primeros, ya que dos de las cuatro plazas serán para ellos», indicó.