Contador llegó a París y cumplió el sueño que se marcó en julio de 2009 de ganar el tercer Tour, para lo que se preparó desde el invierno y durante la presente temporada; y también hizo lo mismo con sus compañeros del Astana, a los que muchos criticaron pensando que no eran tan buenos para un campeón como el madrileño.

Pero en la carretera cumplieron bien su papel de gregarios y nada digamos de los asturianos, el mierense Benjamín Noval, que es el compañero de habitación, confesor y en la carretera el que lo protege del viento y de rivales, especialmente en el llano; y el gijonés Dani Navarro, que por fin hizo honor a su labor de escalador siendo la revelación en los Alpes haciendo un trabajo extraordinario en montaña hasta dejar a Contador rodeado de unos pocos rivales, pero éstos ya sin gregarios. Todo un lujo que no pudo repetir de forma tan excepcional en los Pirineos, aunque sí fue un pilar fuerte para los momentos malos que tuvo Alberto, que sabía que estaba bien protegido.

Otra cosa será ahora para Alberto el estudiar por qué no estuvo tan fino como en otras ocasiones, especialmente en el duelo con Schleck, donde el luxemburgués demostró más potencia, aunque la inteligencia de Contador de aparentar tener más fuerza lo salvó de problemas más graves. Ya se sabe que a Alberto no le gusta entrenar y vivir en altura y como hasta ahora las cosas le iban bien, no lo utilizaba; pero deberá replanteárselo cuando sus adversarios lo hacen y le pueden poner en peligro. No todas las veces se puede salir airoso de una hecatombe como la crono de Burdeos y seguro que Riis y Schleck lamentarán no haberse entregado más a tope pensando que era imbatible el madrileño y en la crono descubrieron sus debilidades.

En cuanto a Samuel Sánchez, hizo un Tour excepcional brillando en los Alpes, aunque los calambres bajando la Madeleine le privaron de acumular una ventaja clave para acabar en el podio, y la caída fue la otra parte de la tumba que acabó dejándolo fuera del cajón. Un experimentado campeón como Menchov optó por poner a prueba al ovetense y lo cazó en la trampa de que también escondía un catarro y es que en una contrarreloj cualquier anomalía se paga cara. Aunque ser cuarto en el Tour es un lujo y Samu sigue progresando en las grandes vueltas.