Gijón

El partido entre Sporting y Deportivo de La Coruña disputado en Riazor sigue coleando en Galicia. La sustitución de Guardado a los treinta minutos de juego ha hecho saltar las alarmas en el club coruñés por una posible recaída de la lesión que le ha impedido rendir con regularidad a lo largo de esta temporada.

El cuerpo técnico del Deportivo defendió ayer el trabajo realizado con el mexicano, que reaparecía en los terrenos de juego tras dos meses y medio de baja y tuvo que abandonar el césped al sentir molestias en la zona muscular que se había lesionado.

«Guardado llevaba tres semanas entrenando a un altísimo nivel, le dimos una semana más, la del Atlético, para asegurarnos de que no hubiera recaída, se le hizo una prueba de esfuerzo el martes de la semana pasada y sus valores eran como cuando estaba sano, y en el partido notó que se estaba cargando y prefirió apartarse, pero no notó trallazo ni pinchazo muscular. Habrá que seguir estudiando y valorando», comentó Eduardo Domínguez, preparador físico del equipo blanquiazul.

Domínguez afirmó que «cada jugador es diferente» y que el cuerpo técnico está dispuesto a «hacer un trabajo casi personalizado» porque el Deportivo «requiere mucho trabajo así».

«Ahora estamos en un momento en el que, excepto la recaída de Guardado y Míchel, hay más de veinte jugadores disponibles. Estamos muy tranquilos con lo que estamos haciendo y lo que hemos hecho el cuerpo técnico y los médicos, y luego depende de la naturaleza de los jugadores. Ha habido buena disposición de todos, pero hay circunstancias que no se pueden controlar», advirtió.

El otro foco de polémica en La Coruña tras el encuentro con los de Preciado llegó con la suplencia de Juan Rodríguez. El centrocampista, habitual en el once de Lotina en buena parte de la temporada, fue el gran sacrificado por el técnico vasco con la entrada de Guardado en el once inicial. Juan Rodríguez reconoció ayer que la decisión de Lotina le enrabietó, pero matizó que cuando sustituyó al lesionado Andrés Guardado no salió al campo enfadado.

«Más que enrabietado, tenía que salir concentrado. Nos pilló a todos por sorpresa porque Guardado se lesionó. Yo podía estar enrabietado por no salir de inicio, pero al campo no salí mosqueado ni nada. Siempre lo hago con ilusión y ganas», comentó el jugador malagueño, que hoy será titular en la Copa del Rey ante el Córdoba en El Arcángel.

El tercer foco abierto tras el empate en las postrimerías del partido, obra de Diego Castro, afecta al propio entrenador vasco. Miguel Ángel Lotina declaró ayer que espera que fructifiquen las negociaciones que mantiene el club para incorporar un delantero en el mercado invernal, aunque matizó que fichar no es obligatorio.

«No sabemos si el equipo va a fichar o no en diciembre. El mercado es el que manda y no vamos a traer un jugador por traer, porque no tenemos esa necesidad acuciante. Si aparece ese delantero y se puede hacer, se hará, pero no es una obligación, al igual que en verano tampoco lo era», señaló el preparador deportivista.

Lotina reconoció además que el club maneja una lista de candidatos a reforzar el ataque, parcela en la que los coruñeses no disponen de un delantero de referencia, como se demostró en el empate a uno ante los de Manuel Preciado.

Ningún futbolista del equipo ha anotado en Liga más de dos goles esta temporada, en la que Lotina ha dado oportunidades en la punta del ataque al asturiano Adrián López, el madrileño Iván Sánchez «Riki» y el franco-tunecino Lassad Nouioui.

El técnico también se refirió en su comparecencia al apartado de salidas y afirmó que nada le hace suponer que se produzcan bajas en el mercado invernal. «En principio no tiene que haber ninguna salida. Puede aparecer algo, pero en principio no valoramos nada. Sinceramente, no tengo noticias fiables para pensar en una posibilidad de salida», explicó ante los medios.