Villaviciosa, Jorge CAJO

Una inspirada Asturias se clasificó el viernes por méritos propios para disputar la final de la octava Copa de las Regiones UEFA ante Cataluña, tras torturar a una voluntariosa región murciana, que, a pesar del varapalo, no se rindió en ningún momento en un encuentro entretenido.

El comienzo fue efervescente por parte del combinado asturiano, que en los primeros minutos encauzaría el triunfo merced a su intensidad y al atosigamiento al que sometió al rival. Luego cedería bastante terreno y actuaría más cómoda a la contra, tomando la iniciativa la selección murciana. Nacho López, que desempeñó una labor más adelantada de lo que en él es habitual, abrió el cerrojo muy pronto, de disparo raso. En esa incipiente dinámica favorable, Asturias se mostraba impaciente y ambiciosa por resolver cuanto antes. Juanma, muy participativo, otorgaba más ventaja al introducir de cabeza el segundo tras un córner botado por Alonso.

No había transcurrido ni un cuarto de hora y Murcia se encontraba ya con un marcador muy adverso. Aún así, superada esa fase de aturdimiento, imprimió más velocidad a sus acciones originando inquietud con sus aproximaciones, si bien los del Levante adolecieron de puntería.

El equipo asturiano dosificaba sus esfuerzos, bien pertrechados atrás, esperando su momento al contragolpe, que a punto estuvo de fructificar en un disparo de Borja Prieto -el más destacado de la tarde- desbaratado por Escavi en una buena intervención. Con idéntica respuesta se toparía Juanma en un remate a bocajarro al filo del descanso.

Después del receso, los murcianos, que no le perdían la cara al encuentro, asustaban a la parroquia asturiana al acortar distancias en una elegante maniobra dentro del área de Daniel, que con la puntera batió a Guillermo.

El encuentro tomaba otro cariz y parecía que Asturias debería empezar de nuevo, pero ahí emergería la figura de Borja Prieto, que se echó a sus espaldas a todo el combinado y lideró el definitivo arreón para sentenciar y disipar cualquier duda. En el 68 anotaría el tercero al culminar una trenzada acción de equipo y aún tendría fuerzas para habilitar con un gran pase a Jaime y apuntillar éste con el gol que cerraba la cuenta del festival asturiano.

En suma, una solvente Asturias jugará la gran final para reeditar el título obtenido en 2002, de la mano de Miguel Ángel Sánchez Baragaño.