La voz de la prudencia en el vestuario del Sporting brota siempre de la garganta de Juan Pablo. Las declaraciones del portero leonés rebosan cordura. Ayer, sin ir más lejos, definió en tres pinceladas la situación del Sporting. El portero asume «el objetivo claro del ascenso directo», avisa de que «va a ser duro, porque nadie asciende sin pasarlo mal» y cierra la puerta del vestuario a la entusiasmo desmedido. La goleada ante el Deportivo tuvo unas consecuencias inevitables entre un sportinguismo que se vino arriba tras un año duro. «Entendemos que la gente se ilusione y no podemos controlar esa euforia, pero ahí dentro tenemos que ser cautos porque nadie asciende sin pasarlo mal», comenta el guardameta mientras señala a la puerta de la caseta.

El manido ejemplo del Deportivo de La Coruña, que logró el regreso a la élite al primer intento, le sirve también al portero rojiblanco para ilustrar lo dura que es esta categoría. «El objetivo de subir de forma directa esta claro, pero nos queda mucho por trabajar y va a ser un camino muy duro y una tarea difícil. Siempre ponemos el ejemplo del Deportivo, pero tuvo que hacer muchísimos puntos y, aún así, ascendió en la penúltima jornada», argumenta.

Juan Pablo hace un llamamiento a la calma. Tras la goleada al Deportivo, el guardameta ha detectado los primeros síntomas de entusiasmo y quiere proteger a la plantilla. «Ante el Dépor se vieron cosas interesantes y eso es importante porque la temporada va a ser muy larga, son casi doce meses», insiste.

El leonés no quiere ninguna confianza y por eso exige «el máximo respeto para cualquier equipo porque la Segunda División complicada y cualquier equipo te puede ganar». El rol del Sporting ha cambiado sensiblemente con respecto a la temporada pasada puesto que ha pasado de ser uno de los modestos de la categoría a estar considerado como uno de los favoritos. Esto se traduce en que «los demás equipos van a salir muy motivados».

Juan Pablo observa desde la portería el nuevo estilo que intenta imponer Manolo en el equipo y también lanza un mensaje de prudencia: «El entrenador tiene una idea clara de jugar, pero al fin y al cabo se juega cuando se puede. No podemos decir que vamos a jugar como el Barça porque no es verdad y no podemos engañar a la gente. No conozco a ningún equipo que no quiera jugar bien al fútbol, pero tampoco nadie se arriesga a que le metan goles tontos por querer sacar el balón jugado desde atrás».