Imagínense una casa de 86 años de historia. Una casa bonita, con vistas, espaciosa, en la zona alta de la ciudad y que, en su día, fue construida con las mejores calidades. Imagínense ahora que esa casa tuvo, durante muchos años, unos inquilinos que, por los motivos que fueran, no miraron mucho para la casa. Unos inquilinos que, por ejemplo, no se preocuparan de reponer las cosas rotas, de pagar los gastos de la comunidad o de llevarse bien con los vecinos. Pues eso es lo que nos hemos encontrado en nuestra llegada al Real Oviedo: una casa que se caía.

Lo principal en una vivienda es la luz y el agua. Pues bien, ahora mismo estamos cambiando las tuberías de la casa y reorganizando el cuadro eléctrico. Para aportar luz a la situación del club y, sobre todo, para no quedarnos sin agua caliente en invierno.

Somos conscientes de las prisas de la afición, de que esto es fútbol y de que al final, si la pelota no entra, parecerá que todo se ha hecho mal, pero sí podemos asegurar que estamos haciendo las cosas de la manera que más le conviene al Real Oviedo. Aunque seamos un consejo de administración de transición, estamos trabajando como si fuéramos a estar toda la vida. Por dos razones: para que el club no se quede parado y sobre todo, para sentar las bases de lo que queremos que sea el Real Oviedo. Vamos a meter muchas veces la pata, y de hecho ya lo hemos hecho un par de veces, pero el objetivo sigue siendo el mismo: aportar a la entidad la estabilidad necesaria.

El panorama que nos encontramos a la llegada fue desolador. En primer lugar, los empleados de la entidad llevaban varios meses sin cobrar. Ya están al día. A ellos queremos agradecerles su trabajo y dedicación al club. Luego nos fuimos dando de bruces con cosas que, en su momento, explicaremos. Pero es que nadie se puede imaginar el nivel de podredumbre al que había llegado este club. En todos los sentidos.

Ahora comenzamos a dar pasitos. Pequeños, pero avanzamos. No vamos a engañar a nadie: hubo un momento en el que pensamos que el Real Oviedo desaparecía.

La situación era un auténtico caos y fueron días de mucha angustia. Gracias a Toni, a Sabino, a Juan y al Ayuntamiento la situación se pudo reconducir. No podría explicar con palabras las sensaciones de aquellos días, pero fueron muy duros.

Hay voces que sospechan por el hecho de que no se haya convocado todavía la ampliación de capital. Que no sufran, que lo haremos. Pero lo haremos cuando la casa esté presentable. Lo que se llama una transición ordenada, vaya. Si un inversor de fuera, que no supiera lo que es el Real Oviedo, se encontrara con lo que nosotros nos encontramos al llegar habría dos opciones: o que saliera escopetado ante el esperpento o que lo viera normal todo, y entonces sería más de lo mismo contra lo que tanto hemos luchado. Resultan, cuando menos, curiosas, las prisas del señor Martín Vaca por convocar la ampliación, sobre todo porque los plazos hubieran sido otros de haberse convocado la junta de accionistas en julio. Y en cualquier caso, la ampliación se hará con el tiempo suficiente como para que los inversores puedan hacer lo que crean oportuno en el mercado de invierno.

El Real Oviedo necesita paciencia y apoyo. Tenemos un entrenador que tendrá que demostrar las cosas en el campo, pero que de momento ha aportado un saber estar y una serenidad que ayudan mucho al club.

Los resultados de pretemporada sirven para bastante poco. Un verano que el Oviedo lo ganó todo, incluido un partido contra la Roma, terminó bajando a segunda 11 meses después. Y respecto a los fichajes ¿Quién sabía quién era Luismi cuando llegó en 2003? Lo importante es lo que eres después de pasar por aquí, no antes. En el Real Oviedo estamos curados de espanto con respecto a jugadores con un gran cartel que luego salieron carísimos.

Tenemos que pensar que los jugadores del Real Oviedo son los mejores del mundo, porque es que en realidad lo son, porque son los nuestros. Necesitamos aquel aura que había en 2003 a su alrededor, necesitamos que, si llega una derrota, esto no se desmorone y necesitamos que el Tartiere marque y salve goles.

Pero sobre todo necesitamos paciencia y comprensión. El fútbol es fútbol y mandan los resultados, pero lo de este club dejó hace ya tiempo de ser fútbol para convertirse en una causa. A lo mejor no podemos pintar todavía la casa, ni comprar una pantalla de plasma ni tener Canal +, pero sí estamos reforzando los cimientos y enderezando las paredes. Y además, contigo pan y cebolla. Porque esto es amor ¿No?