El Oviedo se despidió del sueño del ascenso de la manera más triste, con una nueva derrota en Éibar y lo que es peor en un partido en el que nunca tuvo opciones de darle la vuelta a una eliminatoria que se le puso muy cuesta arriba con su derrota en el Tartiere.

Intentar la remontada en Éibar parecía un auténtico milagro, pero lograr hacerlo con el poco fútbol que puso el Oviedo era una auténtica quimera. El plan de marcar rápido un gol se fue desvaneciendo poco a poco porque el Oviedo fue muy plano, abusó del juego directo y el Éibar lo combatió a la perfección defendiendo muy bien y dejando sin opciones a un Oviedo que dio muestras de una gran impotencia para contrarrestar las armas del equipo vasco.

El resultado de partido estuvo abierto hasta el tramo final en el que el Oviedo jugó todas sus bazas ofensivas y el Éibar le mató a la contra anotando el gol de la victoria a falta de doce minutos y creando claras ocasiones para aumentar su ventaja.

Con el Oviedo volcando, pero con única ocasión clara, un remate de Casares que paró Irureta, se llegó al final del partido y de la temporada para los azules. Un camino que muchos habrían firmado al comienzo de temporada, pero que tras llegar a la fase decisiva merecía un mejor final en especial por una afición que una vez más volvió a dar una lección de apoyo a sus colores.

Granero sorprendió en la alineación inicial con la entrada de Cerrajería y Señé en lugar de Héctor Simón y Manu Busto, con lo que los azules modificaron su esquema para jugar con un trivote buscando una mayor posesión del balón.

La primera parte fue cerrada lo que favoreció claramente los intereses de un Éibar que en los primeros compases del partido salió con más intensidad -en el primer minuto ya había forzado el primer saque de esquina- y a los seis minutos dispuso de su mejor ocasión, un remate de Capa al larguero desde fuera del área tras un saque de esquina. El Oviedo acusó la fuerte presión del Éibar que le impidió una salida clara del balón. Con el juego en un espacio reducido, ya que ambos equipos optaron por un defensa adelantada, los errores fueron continuos.

Los azules, con un juego muy plano, no tuvieron claras ocasiones

A los azules les costaba en exceso enlazar con la zona de ataque para tener alguna opción ofensiva y recurrieron en exceso a los balones directos con los que la defensa armera se mostró muy cómoda.

Un remate de Señé desde fuera del área, que atrapó bien el portero Irureta, fue la mejor ocasión de los oviedistas en los primeros 45 minutos, a los que les faltó continuidad en el juego y más profundidad para generar más ocasiones. Es cierto que el Éibar tampoco dispuso de ellas, pero los vascos jugaban con el marcador a su favor y ante la duda optaban por asegurar la posesión y no perder la situación defensiva en un primer acto muy igualado y con más errores que aciertos por parte y parte.

La reanudación se inició con un Oviedo que intentó darle más intensidad al juego para buscar tener más opciones ofensivas ante un Éibar que no varió su disposición y comenzaba a especular con el paso de los minutos. En el minuto 57, Granero introdujo un doble cambio con la entrada de Manu Busto y Héctor Simón, pasando Casares a jugar de media punta.

Quedaba media hora por delante y los azules parecían dispuestos a jugar todas sus bazas ofensivas ante un Éibar al que le bastaba su buena colocación para mantener a raya a un Oviedo muy plano en el aspecto ofensivo que fue incapaz de generar ninguna ocasión de peligro.

A falta de quince minutos Granero retiró del campo a Mantovani -lesionado- y dio entrada a Pepe Díaz buscando a la desesperada un gol que le diese vida en la eliminatoria, pero sucedió todo lo contrario. En la jugada siguiente Yuri estrelló el balón en el poste con un remate a la salida de un córner y en el minuto 79, Guille Roldán ponía por delante a los locales al culminar una buena jugada de Arruabarrena encarrilando definitivamente la eliminatoria a su favor.

Poco después Quintana evitó el 2-0 al desbaratar una clara ocasión de Mainz e Irureta hizo mismo con un disparo de Casares, cerrando un partido en el que el Oviedo fue muy plano y en el que nunca tuvo opciones de superar la eliminatoria.