Primera derrota del Real Oviedo de Sergio Egea en toda la temporada (amistosos incluidos) en un extraño partido. Siete goles en el marcador en un encuentro en el que los porteros apenas tuvieron intervenciones.

Los goles fueron prácticamente imparables y no hubo grandes ocasiones para los dos equipos a pesar de los múltiples acercamientos a las áreas.

Ante cerca de 2.000 aficionados azules desplazados hasta el Nuevo José Zorrilla se pudo ver un inicio de partido con un Oviedo que buscaba una presión alta y que volcaba su juego por la banda derecha, con un muy incisivo Nacho López.

Los locales respondían bien y el partido se fue igualando sin gran peligro cara a puerta.

Sin embargo, mediada la primera mitad, un rápido contragolpe de los locales supuso el primer tanto. La defensa oviedista bajó con velocidad a defender e incluso David Fernández despejó el peligro, en primera instancia, pero el balón le cayó a Brian que de un fenomenal disparo colocó el cuero en la escuadra de la portería de Esteban.

Los problemas se acumulaban poco después, con la lesión muscular de Dani Bautista. El Real Oviedo no decidió con rapidez el cambio. Sergio Egea envió a Erice a tapar el lateral izquierdo dejando desguarnecido el centro durante unos minutos y por allí llego el segundo tanto local conseguido por Guille con otro gran disparo.

En esta ocasión el técnico visitante sí que respondió con rapidez e introdujo en el campo a Eneko y Cervero.

Esto provocó una transformación total del equipo que logró el empate antes del descanso merced a los tantos de Linares y Cervero, en una muestra de calidad y orgullo.

Con el partido de nuevo igualado, comenzó la segunda mitad. Mucho mejor los visitantes con continuos centros al área que eran repelidos con apuros por los zagueros locales.

Los minutos pasaban y el juego se fue igualando. El equipo estaba descompensado con un solo mediocentro y dependía en demasía de las apariciones de Font que se fue oscureciendo con el paso de los minutos.

En una jugada aislada Daniel Vega colocó el tercero, otra vez en la escuadra de Esteban. Los ovetenses respondieron con garra y empataron por medio de Señé a falta de 5 minutos pero no supieron tranquilizar el juego en estos instantes finales y vieron como en un error al sacar el balón jugado les caía el cuarto y definitivo tanto.

Partido quizás demasiado loco para las necesidades de un Real Oviedo que remontó en dos ocasiones un partido aparentemente perdido, pero que no fue capaz de aplicar la máxima de que si no puedes vencer, al menos empata. Pecó de exceso de ambición (si eso se puede decir que es un pecado)

Próxima jornada, el domingo a las 17:00h en el Carlos Tartiere frente al nuevo líder, la UD Logroñés.