El Sporting B tendrá esta tarde la oportunidad de romper con la mala trayectoria que le persigue en el campeonato liguero. Los rojiblancos, que encadenan ocho jornadas sin conocer la victoria y se aferran a la Copa Federación como estímulo para tomar oxígeno. El Langreo espera en una final, a priori, igualada, sobre el verde del campo de La Corredoria, en Posada de Llanes. Ambos conjuntos, rivales también esta campaña en Segunda B, aspiran a alzar su tercer título en la Copa Federación. Las entradas, a un precio de seis euros, se pueden adquirir en la cafetería La Plaza, de Posada; en el mismo campo de La Corredoria, y también en el polideportivo municipal de Llanes. Los menores de quince años entrarán gratis.

"Mi gran preocupación es que, el no haber sumado más puntos a estas alturas, debilite al grupo", asume Tomás. El entrenador rojiblanco confía en que la final de la Copa Federación marque el inicio de la remontada de un Sporting B al que le está costando tomarle el pulso a la temporada. El equipo marcha colista y no da con la tecla para sumar un triunfo que sería el mejor bálsamo para la situación de incertidumbre que se respira en el entorno. Una situación que, hasta hace un par de semanas, también se percibía en el vestuario del Langreo.

Los de Redondo, sin embargo, han dado un giro radical, en las últimas dos jornadas, a su discreto inicio liguero. Los triunfos ante el Astorga, a domicilio, y el Zamora, en el Nuevo Ganzábal, han ejercido como el mejor espaldarazo para confiar en alcanzar el objetivo de la permanencia y presentar sus credenciales en una categoría a la que han regresado esta misma campaña.

Sporting B y Unión Popular de Langreo han encontrado en la Copa Federación el mejor escenario para desarrollar su fútbol. Ambos han accedido a la final tras terminar primeros en sus respectivos grupos. Los rojiblancos, por delante de Oviedo B y Covadonga. Los azulgranas, tras superar a Tuilla y Condal. Las víctimas en semifinales fueron de peso. Los de Tomás dejaron en la cuneta al Caudal, mientras que el conjunto dirigido por Redondo hizo lo propio con el Urraca. El duelo de esta tarde reúne, sin duda, a dos equipos que partían como favoritos desde el inicio de la competición y que también se verán las caras en Liga.

Sporting B y Unión Popular de Langreo nunca se han enfrentado en una final de la Copa Federación. Sin embargo, ambos ya han probado las mieles del triunfo. El filial rojiblanco lo hizo en 1996, tras imponerse al Navia, y en 2003, al superar al Lealtad en Miramar. En total, los gijoneses han disputado ocho finales. Cayó en 1994, ante el Siero; en 1995, ante el Caudal; en 1998, de nuevo ante el Caudal; en 2002, ante el Avilés; en 2006, ante el Marino y en 2012, ante el Tuilla.

El Langreo ha sido protagonista, durante la última década, en tres finales. Cayó en 2007, en la tanda de penaltis, frente al Tuilla. Un año después, se cobró venganza ante el Marino, y se alzó con la Copa. En 2011, perdió en el Carlos Tartiere frente al Candás de Abelardo. Para encontrar su primer triunfo en la competición regional hay que remontarse al año 1997, en el que se impuso al Lealtad.

Los dos conjuntos renovarán profundamente el equipo habitual que presentan en la jornada de Liga. La Copa dará espacio a quienes han disputado menos minutos en este inicio de temporada. Sin embargo, el choque cuenta con ciertas curiosidades. El Unión Popular de Langreo está entrenado por uno de los jugadores que marcaron la historia del Sporting, José Antonio Redondo. El técnico tuvo además como pupilo, en su etapa como entrenador rojiblanco, a Tomás Hervás, quien ahora se encarga de dirigir al filial del conjunto gijonés. Otra de las curiosidades estará en el terreno de juego. Raúl Otero, Dani Hevia y Pablo Acebal, futbolistas del Langreo, tienen pasado rojiblanco.