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La Mareona cruza España por un sueño

Más de 1.500 rojiblancos arroparán esta tarde al equipo ante el Betis

Hermanamiento de peñas sportinguistas y béticas, ayer en Aracena. LNE

Cuando la ilusión es grande, el camino se hace corto. Ilusión es lo que sobra a los mil quinientos aficionados rojiblancos que ayer comenzaron ya a teñir de rojiblancos las orillas del Guadalquivir. Merece la pena cruzar España para intentar cumplir un sueño que se ha ido perfilando durante toda una temporada y que puede cumplirse esta tarde en un campo grande. Tan grande como la ilusión del sportinguismo.

La afición del Sporting arropó al equipo de principio a fin. Tanto en el entrenamiento en Mareo, bajo un intenso orvallo, como en el aeropuerto de Asturias, como en la llegada al hotel de concentración, donde ya esperaba una avanzadilla de medio centenar de sportinguistas. En apenas una hora y media de vuelo, la expedición rojiblanca dejó atrás la lluvia de un fresco día de junio en Asturias para darse un golpe de calor con los 35 grados de Sevilla.

Las relaciones de la Mareona con el beticismo no pueden ser más cordiales. El jornada de ayer se reeditó el hermanamiento que surgió de aquella recordada tarde de 1997, cuando una victoria rojiblanca en el Villamarín dio la permanencia al Sporting y hundió al Sevilla en el pozo de la Segunda División. Ayer se produjo un nuevo hermanamiento entre peñistas de ambos equipos que tuvo como escenario la localidad onubense de Aracena. Por parte rojiblanca, asistieron las peñas Nunca caminarás solu, Moreda, Mesón de Aurelio, Astur y Rubén. Los anfitriones contaron con el alcalde de Aracena, Manuel Guerra, y de representantes de la federación de peñas verdiblancas.

Los sportinguistas no han esperado a conocer el desenlace de la temporada y ya han comenzado a celebrar la gran temporada de estos guajes, que les han dado motivos de sobra para una buena fiesta. Qué mejor escenario que Sevilla. El Sporting regresa a Asturias tras el encuentro en un vuelo chárter. Quien sabe si el autocar los llevara a recoger sus coche o a la fiesta que ya se prepara en la gijonesa Plaza del Marqués.

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