Pocas palabras se encuentran para describir lo sucedido ayer durante la particular rúa asturiana del Sporting. En 3.100 metros de recorrido, en los que apenas cogía un alfiler entre los aficionados llenando por completo las aceras durante todo el trayecto, la ilusión y los sueños se unieron entre los seguidores que aguardaron durante varias horas el paso del autocar.

Pero la espera mereció la pena para seguir el paso de los grandes héroes del ascenso. Nadie quiso perderse el pistoletazo de salida. Javier García y su hija de 4 años Begoña, vivían con entusiasmo "un ascenso diferente" debido a la presencia de la pequeña gijonesa. La estampa junto a El Molinón tenía un variopinto de opciones distintas en pocos metros cuadrados. Desde Epi y Blas disfrazados con los colores del Sporting hasta gaiteros o el perro Simón, un Boyero de Berna que se puso la camiseta rojiblanca llamando la atención de los jugadores.

Algunos presentes, incluso, se ausentaron del trabajo o dejaron los estudios a un lado con tal de vivir en primera persona un momento histórico e irrepetible. El autobús avanzaba en el recorrido y en la Avenida de Castilla esperaba arrodillado Mario López, agradeciendo la gesta. "Es increíble lo que han logrado, no saben lo felices que han hecho a miles de personas", rezaba el aficionado residente en Palencia y que se trasladó en un viaje relámpago a Gijón para no perderse la cita.

Uno de los puntos fuertes llegó con el giro a la derecha que desembocaba en la Avenida de La Costa, justo a la altura de la Confitería Moka, en donde Mari Cruz González no encontraba las palabras para explicar "una emoción tremenda". Los miles de flashes iluminaron el paso del autocar para inmortalizar el momento.

Si fuese necesario recuperar fuerzas, José María Pérez, trabajador de la fábrica de caramelos, lanzó una tarta de gominolas con el escudo rojiblanco. Un obsequio que recibió gustosamente Sergio. "Ahora, que tiemblen el Real Madrid y el Barcelona, llega el Sporting", señalaba Marta Suero. Y es que ayer, el sportinguismo, recuperó las ganas de seguir cumpliendo sus sueños.