Sergio Egea tiene la oportunidad de ser el primer entrenador tras la etapa de Antonio Rivas que completa dos temporadas consecutivas al frente del Oviedo. Tan sólo dos de los doce entrenadores que vinieron después del de Ciudad Real lograron lo que ya ha conseguido Egea: completar una temporada al frente del equipo azul. Lo hicieron Raúl González en la campaña 2008-09, en la que logró el ascenso a Segunda B, y Pacheta, en la 2011-12, en la que finalmente el equipo no consiguió entrar en la promoción de ascenso a Segunda.
A Rivas le tocó afrontar una de las etapas más duras del Oviedo. El que fuera también jugador azul cogió al equipo en Segunda, el 13 de abril, cuando el equipo estaba a punto de descender a Segunda B. Al final al descenso deportivo se sumó el administrativo que envió al Oviedo a Tercera. Rivas se hizo cargo del equipo dos temporadas consecutivas en Tercera y logró ascenderlo a Segunda B. En la campaña 2005-06 fue despedido y llegó en su lugar Toño Velázquez.
El rosario de entrenadores que vinieron después resume bien la travesía en el desierto por la que ha pasado el club. Ramiro Solís, Ismael Díaz Galán, Carrasco, Fermín, Raúl González, Pichi Lucas, Sarriugarte, Granero y Robles. Una travesía que finalizó en la temporada que acaba de concluir, en la que el proyecto del Grupo Carso, encabezado por Sergio Egea, logró por fin devolver al Oviedo al fútbol profesional cerrando un círculo que comenzó con el citado Rivas.
El entrenador argentino ha completado una temporada excelente. Los resultados, con el ascenso a Segunda y con el título de campeón de Segunda B, le han servido para ganarse la renovación. Una oportunidad de oro para marcar una época en el Oviedo y para superar a sus antecesores. Para ello deberá mantener el nivel en una categoría en la que aumentará la dificultad pero en la que la exigencia volverá a ser muy alta.
En lo individual, el técnico argentino tiene también la oportunidad de conseguir su tercer ascenso consecutivo. Un ciclo que podría llevarle de subir al Eldense de Tercera a Segunda B y terminar ascendiendo al Oviedo primero de Segunda B a Segunda y luego de Segunda a Primera.
Egea, a pesar de que llegó al Oviedo procedente de Tercera, cuenta con bastante experiencia en la categoría de plata del fútbol español. En ella dirigió dos temporadas al Madrid B (95-96 y 96-97). En la primera consiguió unos grandes resultados, clasificando al filial blanco en tercera posición. La siguiente, las cosas le fueron peor y fue despedido en la jornada vigésima segunda. Al final el Madrid B descendió a Segunda B.
Egea continuó la campaña siguiente entrenando en Segunda. Lo hizo en el Toledo. El equipo manchego acabó la temporada en la zona templada de la tabla, en duodécima posición. La temporada siguiente Egea volvió a dirigir a un equipo en Segunda, de nuevo a un filial, en este caso al del Valladolid. Lo hizo ya con la temporada empezada, a partir de la jornada 16.ª, sustituyendo al asturiano Manuel Ángel Muñiz, y no pudo mantener al equipo en la categoría. En el Oviedo afrontará su quinta temporada en Segunda. En el club azul ya ha hecho historia. Ahora tiene la oportunidad de continuar agrandándola.
