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Culé moyáu

Goliat sin honda

Si el fútbol fuera una película de acción protagonizada por un poli duro, áspero y poco sentimental como el Harry Callaham de "Harry el sucio", los problemas del Barça provocados por la desgraciada lesión de Rafinha, la venta de un jugador tan importante como Pedro, la decepcionante evolución de Deulofeu y la prohibición de alinear a jugadores ya fichados hasta enero del próximo año no serían problemas. Leo Kessler, el policía de Los Ángeles interpretado por Charles Bronson en "Al filo de la medianoche", dice que sólo tiene presente lo legal si es justo, así que si Leo Kessler fuera el presidente del Barça, se mearía en las legales sanciones de la FIFA porque no es justo que un equipo como el Barça no pueda disponer de Aleix Vidal y Arda Turan hasta enero de 2016. Pero, por fortuna, Bartomeu no es Charles Bronson, el Barça no es la ciudad de Los Ángeles, Aleix Vidal y Arda Turam no son como balas en la cabeza del malo y el fútbol no puede depender de la voluntad de un detective reaccionario cuyas normas están por encima de la ley. El Barça se las tendrá que apañar hasta enero con lo que tiene. No hay problema.

Otros equipos, sin embargo, son como un Goliat insatisfecho con la ventaja que le da su tamaño y que decide comprar la honda de David, que es como el periodista Michael Lewis describió de forma magistral la política deportiva de los Yankees de Nueva York, un equipo de béisbol que se limita a comprar talento a sus rivales. Los Yankees, el Real Madrid, el Manchester United? Qué más da. El caso es que la diferencia entre el Barça y otros grandes equipos europeos es la diferencia que hay entre Goliat sin la honda de David y Goliat con la honda de David. Al Barça le esperan varios meses en los que tendrá que sacar provecho del tamaño de Messi sin poder recurrir a la honda de David, es decir, sin tener un arma secreta en el banquillo. Pero cuando Goliat es tan grande, no es necesario comprar hondas o contratar a policías que sólo tienen presente lo legal si es justo. El Barça de Messi es tan grande que no tiene miedo a David, por supuesto, pero tampoco teme a otro Goliat que esté dispuesto a utilizar su colección de hondas arrebatadas a precio de oro a David. Cuando Goliat lleva en la espalda el apellido "Messi", no se necesitan ni hondas ni policías al filo de la medianoche.

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