Desde 1992 se han disputado cuatro eurocopas y seis mundiales. En todos ha estado la selección española, que acaba de añadir su clasificación para el europeo del próximo año. Puede parecer algo normal, sobre todo tratándose de un país tan futbolero y con éxitos tan recientes, pero basta echar un vistazo para saber que no siempre ha sido así. Esta misma fase de clasificación deparó más de un susto para La Roja, que no encarriló la defensa de su título hasta la victoria en Oviedo frente a Eslovaquia. Ni la eslovaca ni la ucraniana parecen selecciones a la altura de la española, pero que se lo pregunten a otras históricas, como Holanda, Serbia y Grecia, que las están pasando canutas o se han quedado sin opciones. La digestión del mundial de Brasil, tras el triplete 2008-2012, ha sido pesada por razones futbolísticas y extradeportivas. Pero se ha superado, en gran medida gracias a la sensatez y amplitud de miras de Vicente del Bosque. Fue el mejor sustituto posible del hombre con el que empezó todo, Luis Aragonés, y cuesta imaginar un relevo a la altura de ambos.