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Fondo Norte

Tras la decepción bilbaína, el puesto soñado

Fue más grave el empate en casa ante el Granada que la dura derrota de San Mamés, donde se aclaró la diferencia de categorías

El paso del Sporting del gran timonel por el nuevo San Mamés ha significado que un manto de pesimismo caiga sobre el equipo. Un amplio sector de la afición rojiblanca parece haber pasado en dos meses de un optimismo desatado tras el empate sin goles ante el Real Madrid en el Anfield del Piles a un negruzco pesimismo tras la derrota de la noche del lunes en Bilbao. "Bilbo (sin a) tiene categoria (sin acento)", decía el inolvidable Vujadin Boskov cuando el Sporting iba a enfrentarse al Athletic. Tenía categoría (con acento) entonces y la mantiene ahora.

La realidad enseña que una derrota por tres a cero no es agradable nunca, y menos cuando a partir del minuto veinte de juego se observó con claridad que el Sporting era inferior a su rival. El gran timonel algo se olía cuando colocó a Mascarell en la formación en un intento de reforzar el centro del campo y frenar allí las acometidas bilbaínas. No salió bien el intento porque, entre otras cosas, Beñat hizo uno de los partidos de su vida y lanzó a los suyos a una ofensiva sin respuesta. El penalti a los cuarenta minutos de juego, pese al paradón inicial de Alberto, terminó con las esperanzas amarillas, que eran las del Sporting. La queja por el caserismo arbitral es oportuna, pero inútil.

La decepción deja paso a la situación real: el Sporting se encuentra en la posición soñada, reclamada, por Abelardo para este Sporting: el puesto decimoséptimo, con tres rivales por debajo, con la permanencia en la mano. Es el puesto soñado por todo el sportinguismo militante, el puesto que dará aire al final de temporada a un club que vuelve a ser un misterio en lo que se refiere a deuda real, deuda que se va pagando y deuda que puede dar sustos. La permanencia es el objetivo único, damas y caballeros, señoras y señores diputados. Ahora mismo la permanencia está en marcha, con la mitad de la tabla más cerca de lo que parece y con los puestos de descenso también cercanos.

La derrota de San Mamés ha provocado una seria decepción general, pero fue más grave el empate casero ante el Granada de Sandoval que lo sucedido anteayer. En este caso, la remontada final tapó la realidad de un partido que empezó bien, pero que dejó a los rojiblancos a remolque del entonces colista. Más grave es un empate en casa ante un colista que una derrota fuera ante un equipo que juega competición europea.

Más grave, lo preocupante, es que el Sporting ha encajado en los dos últimos partidos seis goles, con un portero que merece unánimes elogios por sus actuaciones. El equipo, imbatible la temporada pasada, concede ahora muchos goles. En estos datos se ve con claridad la abismal diferencia que existe entre las dos categorías de nuestro fútbol, diferencia que hasta ahora estaba solventando de forma espléndida el equipo rojiblanco. Los logros se inician por la defensa, la defensa de todo el equipo, y por los puntos que se suman en casa, que son la clave de títulos y de permanencias. En estas dos tareas ha de aplicarse el equipo del gran timonel, que el domingo que viene no podrá contar con Nacho Cases, vital en el desarrollo del juego.

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