Bojan Krkic debutó con 17 años con el primer equipo del Barcelona y parecía que iba a ser la referencia del club azulgrana y de la selección española durante mucho tiempo. Ocho años después, tras buscar su sitio en ligas como la italiana y la holandesa, intenta volver a disfrutar en un modesto equipo de la Premier, el Stoke City. "Tan joven, uno está preparado para jugar en el primer equipo físicamente, pero no mentalmente porque es un ignorante en cuanto a lo que rodea el fútbol", reflexiona Bojan, que ya no aspira a ser una estrella mundial sino a disfrutar con las vivencias del fútbol. Es una buena lección para chavales que están ahora en la parrilla de salida, oyendo cada día lo buenos que son. Los Odegaard, Marco Asensio, Deulofeu, Halilovic y compañía tienen condiciones de sobra para triunfar, pero alguno ya se ha llevado un buen chasco por querer correr más de la cuenta. El problema es que su futuro no depende exclusivamente de ellos, sino de un entorno que a veces no es el más adecuado para que desarrollen en el campo esa calidad que les diferencia de la mayoría.