"El Clas fue un sueño para mí y animo a que Asturias vuelva a tener un equipo profesional". Estas fueron algunas de las palabras pronunciadas por el legendario corredor suizo Tony Rominger durante el homenaje que se le brindó ayer junto al resto del ciclismo profesional asturiano en el Centro Cultural de La Fresneda y por iniciativa del Ayuntamiento de Siero.

Rominger acaparó todos los focos desde su llegada al recinto sierense, en el que no escatimó esfuerzos a la hora de firmar autógrafos, realizarse fotos con aficionados y agradecer la gran acogida de la región. "Gracias por todo el apoyo, cariño y amistad que siempre me ofrece esta tierra", indicó el exciclista, que destacó la importancia del equipo asturiano Clas para su carrera. "Era el mejor equipo del mundo y el que me permitió vivir los mejores momentos de mi carrera", declaró el, entre otras muchas cosas, tres veces campeón de la Vuelta a España, que por petición popular rememoró su rivalidad con Indurain: "Éramos enemigos en carrera y amigos tras la meta".

Junto al laureado ciclista suizo estuvieron presentes más de una veintena de homenajeados entre excorredores, dirigentes y trabajadores del equipo Clas como el exdirector del equipo y excorredor Jesús Suárez Cueva, que destacó el buen ambiente que se respiraba en un conjunto que hizo las delicias del público asturiano entre 1988 y 1994. "Era una gran familia y prueba de ello es que todos los corredores y trabajadores reconocen que en el Clas vivieron sus mejores años", indicó un Suárez Cueva que consideró ese ambiente como clave en la consagración de un Rominger del que alabó su apego por Asturias. "Había sido invitado a ir a Madrid, pero sólo quiso venir aquí", desveló.

Otro momento emocionante fue el reconocimiento póstumo a José Manuel Fuente "El Tarangu", cuyo reconocimiento fue recogido por su excompañero y exredactor de LA NUEVA ESPAÑA José Enrique Cima, con los que el Clas dio sus primeros pasos como equipo aficionado. "Era un corredor que transmitía la rabia a los pedales", recordó un Cima que lamentó que el recinto se quedara pequeño para los muchos aficionados que querían disfrutar de la gran fiesta del ciclismo que vivió ayer Siero.

Tampoco faltaron reconocimientos a exciclistas como Chechu Rubiera, que aunque nunca llegó a correr en el Clas sí lamentó las consecuencias de su desaparición. "Una gran hornada de corredores asturianos se quedó con las ganas de correr en un equipo de aquí", indicó Rubiera, al mismo tiempo que se mostró pesimista respecto a nuevos proyectos ciclistas similares: "La situación económica de la región hace pensar que no es posible", apuntó.

Del mismo modo se rindió tributo a las figuras del ciclismo asturiano femenino las sierenses Rocío Gamonal y Aida Nuño, esta última representada por su padre, que también se llevaron un maillot del extinto equipo.