Más allá de un liderato que pueda ser anecdótico, el Atlético de Simeone deja la sensación de un equipo consolidado. Sólo hay que pensar cómo estaba el club a su llegada, a finales de 2011, y lo que es ahora. El Atlético ha recuperado un puesto entre la aristocracia europea, que conserva temporada tras temporada pese a que su potencial económico dista mucho de rivales con los que compite de tú a tú. Mientras el Madrid, Barça, Bayern, Chelsea, Paris Saint-Germain o Manchester City fichan lo mejor del mercado, Simeone tiene que reiventarse cada verano por la marcha de sus estrellas. Hace falta mucho trabajo, y no poco talento, para sobreponerse a bajas de futbolistas de la talla de Falcao, Diego Costa, Villa, Courtois, Filipe Luis o Arda Turan. Algunos pronosticaron el fin del ciclo del "Cholo" tras su decepcionante partido de vuelta de la pasada temporada en el Bernabéu en la Liga de Campeones, resuelto con el gol de Chicharito. Aquella noche, el Atlético de Simeone se traicionó a sí mismo. Pero ocho meses después ha vuelto a sus orígenes y ahí está, vivo y liderando.