La Ponferradina lleva nueve partidos sin ganar y se encuentra a tres puntos de los puestos de descenso. Una situación que ha llevado al club a cambiar el entrenador y apostar por el veterano Fabri, que, en su larga trayectoria ocupó el banquillo del Avilés, en 2003, con el equipo en Segunda B. El gallego dirigirá en principio hasta final de temporada al equipo berciano junto a Daniel Mallo como segundo entrenador, y con la intención de "dejarme la vida", según señaló en su presentación. El técnico lucense, de 60 años, que vuelve a los banquillos después de tres años alejado de los mismos tras desvincularse de su último equipo, el Panathinaikos griego, ve a la Ponferradina, a la que ha seguido en varios encuentros en esta campaña y en las anteriores, "con capacidad de mejora". "Eso es algo que vamos a conseguir", dijo. De todas formas, se ha marcado un plazo de "dos o tres semanas" para conocer con más detalle a su nueva plantilla, ya que, a su juicio, "conocer a los jugadores debe de ser desde dentro, saber cómo respiran y cómo son". Fabri ha entrenado, entre otros, a Logroñés, Burgos, Alavés, Cartagena, Granada, Huesca, Racing y ya había pasado también por la Ponferradina que ahora volverá a dirigir.