El Marino está tocado. Las dos últimas derrotas a domicilio ante el Covadonga y el Astur, ambas por 1-0, dejan a los luanquinos a diez puntos del play-off cuando sólo faltan diez jornadas y con muy pocas opciones de lograr el objetivo del año teniendo en cuenta que tienen que fallar cuatro equipos (Tuilla, Condal, Oviedo B y Colunga), que están llevando una trayectoria muy buena esta temporada.

La plantilla azulona hizo ayer una reflexión realista de la situación durante casi dos horas en el vestuario, antes de comenzar el entrenamiento. Y la conclusión es que está muy difícil meterse en el play-off pero que nadie puede bajar los brazos, lo primero porque aún quedan 30 puntos en disputa y hay que pelear hasta que las matemáticas digan lo contrario, y lo segundo por respeto al club, a la afición y a la propia profesionalidad de la plantilla.

Y es que los dos meses que restan de competición se pueden hacer eternos para los luanquinos si cada uno hace la guerra por su cuenta. Por eso, todos coinciden en la necesidad de trabajar día a día con seriedad, como si la clasificación del equipo dependiera del partido de turno, para sumar el mayor número posible de puntos y llevar las semanas sin agobios.

Los jugadores están afectados por la situación pero, siguiendo la política del club de fichar por una temporada, todos acaban contrato y son conscientes de que tienen que competir al máximo en las diez jornadas que restan para concluir la Liga cara a mostrarse para la próxima temporada, bien para renovar con el Marino o buscarse un hueco en otro equipo.

Lo peor fue asimilar el mal partido que realizó el equipo en el Hermanos Llana de Oviedo ante un Astur que era colista y llevaba quince jornadas sin ganar. Los luanquinos se jugaban gran parte de sus opciones y sin embargo realizaron uno de los peores partidos de la temporada, junto con los de Tineo y Lugones. La derrota llegó en una buena contra local en el último minuto de la primera parte, pero el equipo no tuvo capacidad de reacción y en la segunda mitad no llevó peligro a la portería local a pesar de su dominio, al contrario de lo ocurrido contra el Covadonga.

Bajas en el entrenamiento. La plantilla entrenó ayer con varias bajas. Dani López jugó unos minutos el domingo ante el Astur por necesidades del equipo a pesar de que arrastra un esguince en el ligamento lateral interno de la rodilla derecha desde hace más de un mes, y ayer descanso. El centrocampista azulón vio el domingo la quinta cartulina amarilla y aprovechará el descanso para tratar de recuperarse totalmente.

Tampoco estuvieron ayer Espolita, ausente en Oviedo por una fuerte gastroenteritis que incluso le obligó a pasar el hospital el pasado sábado; César, que sufrió ante el Astur un esguince del ligamento interno de la rodilla derecha y estará 2-3 semanas sin jugar; ni José Ángel, que tiene una rotura de 2.5 centímetros en el adductor derecho que le obligó a dejar el campo frente al Covadonga y estará de baja también dos o tres semanas.

El equipo disfruta hoy martes de la habitual jornada de descanso y volverá mañana al trabajo (10.30 horas) en Miranda con la posible vuelta del central Samuel, ausente los tres últimos partidos al sufrir una rotura en el adductor izquierdo ante el Condal.