El Caudal dio un paso hacia el título al llevarse un derbi de las Cuencas de los de antes. Un encuentro con pasión, intensidad, poco fútbol y, sobre todo, mucha emoción y unas gradas entregadas con sus equipos. Los mierenses fueron más certeros en el remate y vencieron un duelo vital para el título. De haber vencido los azulgranas les habrían arrebatado el primer puesto.

El gesto de Iván Ania celebrando el triunfo mirando hacia la grada al final del encuentro ejemplificó la tensión vivida en un derbi de altos vuelos. El Caudal llegaba tras tres empates consecutivos y, más allá de los resultados, con un exceso de ansiedad tras una primera vuelta para enmarcar y que no ha sabido refrendar en la segunda. Enfrente tenían a un Langreo que ha ido de menos a más y que en el Hermanos Antuña podía presentar su candidatura firme el título.

La tensión duró poco pues en el primer minuto el Caudal se adelantó al rematar Súper en el primer palo un córner botado por Jaime. Al Langreo le tocada remar a contracorriente pero en una transición rápida salió a relucir al calidad de Michu. El internacional abrió de primeras el balón a la banda derecha para que Luis Nuño centrara. La zaga cuadalista despejó mal. Luis Gutiérrez pasó a Michu para que empatara con la zurda. Era el minuto nueve y ya habían subido dos tantos al marcador. El Caudal siguió entonado gracias a la calidad de Annunziata y en un buen centro de Quero desde la derecha Jaime disparó para que, tras golpear en Joaquín Peña, el esférico superara por alto a Adrián Torre. Era el 2-1 y apenas habían transcurrido 14 minutos.

En el segundo tiempo al Langreo le faltó precisión para dominar el juego ante un Caudal que supo ser competitivo y prefirió no arriesgar pese a que en el inicio Quero dispuso de una buena oportunidad para hacer el tercero. Hernán arriesgó dando entrada a Calvillo y a Guille Méndez mientras que Ania reaccionó "blindando" la medular con David González y Pelayo Castañón. Los azulgranas apuraron sus opciones hasta el final.