Quizá Claudio Ranieri no sea el mejor entrenador del mundo, ni siquiera de la Premier League, pero es un tipo con sentido común. Sabe que el enorme éxito del título con el Leicester se debe, en buena medida, a la mediocre temporada de los grandes de Inglaterra, especialmente el Arsenal, Chelsea y los dos Manchester. Así que el italiano se lo ha tomado con la naturalidad de alguien que ya ha visto de todo en el fútbol. Por eso ni siquiera se ha parado a pasar factura a algunos colegas, con Mourinho al frente, que le despreciaron como entrenador y como persona. Para entender el milagro del Leicester basta con repasar algunos capítulos de su doctrina: "No he tenido que llamar la atención a ningún jugador en un entrenamiento por no esforzarse. Para ellos es clave que se sientan relajados, no acosados. Quieren calma, respeto, no a una "prima donna" que les mande". Así, lejos de los técnicos estrella, Ranieri ha tenido un ejército dispuesto a dejarlo todo durante 38 jornadas. "Damos esperanza al mundo en un tiempo en que el dinero es todo", palabra del rey Claudio.
