"No hablé nada con el presidente del futuro. No tenía la cabeza, ni la tengo para pensar más allá, porque todavía estoy dándole vueltas a la eliminatoria. Estamos acostumbrados a que este mundo sea así y llevo muchos años en esto, tanto de jugador como de entrenador, como para asimilar las cosas según vienen, pero sigue siendo muy duro. Es una pena muy difícil de asimilar", explicó ayer el entrenador del Marino de Luanco, Blas García. El equipo cayó en Gavà por 3-2 después de empatar en casa 1-1 en la primera eliminatoria. "El Gavà nos hizo cuatro goles en cinco oportunidades después de haber demostrado en la segunda vuelta de la Liga que somos un equipo más que sólido en defensa, nadie nos había metido más de dos. Me sigue costando asimilar la eliminación", insistió el técnico.

Pesar en su futuro, le cuesta, pero también hacer balance de todo lo que ha pasado el equipo: "Todavía no estoy para hacer balances, tengo demasiado cerca el análisis del partido del domingo y una eliminatoria que, a mi manera de ver, se resolvió de manera injusta, más o menos como fue el año", señaló. Pero con todo, ya tiene claro que destacar de la campaña: "Di las gracias a los futbolistas porque este grupo humano y estos profesionales no merecen tanto castigo. En los malísimos momentos pasados se comportaron como grandes profesionales que se juntaron aún más en la dificultad".

Por eso, le duele mucho que se quedaran sin un premio, ante un Gavà que "no fue superior", pero se llevó el pase: "Al menos los jugadores del Marino merecían esta eliminatoria, porque era nuestra a pesar de la incertidumbre que generó el que nos tocara contra el subcampeón de un grupo tan fuerte como el catalán", sentenció Blas García.

El entrenador recordó que en Miramar el Marino hizo más que el contrario. "Allí en Gavà, aparentemente la dificultad estaba en hacer goles y, con un arbitraje volcado hacia casa, muy típico de segunda eliminatoria, logramos meter dos. Se lleva muy mal perder por encajar tres goles a balón parado. Un penalti, un saque de banda con un jugador tirado en el suelo, y por una falta lateral, que es verdad que las tiran bien, pero lo sabíamos", señaló. De ahí, que le duela más: "Si el contrario nos hubiese dado un meneo aquí y allí, y ves que estás muy justo, que no llegas y que tiene más que tu no hay nada que decir, eso es fútbol", sentenció el técnico.

El gol del empate en Miramar, que el Marino encajó en el descuento, ha resultado vital: "Está claro que el gol que ellos metieron aquí fue importante, pero allí también fuimos mejores y pudimos hasta el final con la ocasión de Góngora", recordó Blas García. Y es que, dentro de todas las dificultades del partido en tierras catalanas, el Marino lo tuvo en la mano: "Es muy duro que cuando estaba todo hecho con 2-2 a falta de 15 minutos y ellos sin crear juego te dejen así, fuera", afirmó. El técnico destacó que ninguno de los otro tres equipos asturianos en el play-off lograron meter dos goles fuera de casa a pesar del poderío ofensivo del Caudal, Langreo y Avilés. "Eso demuestra que la gran dificultad que tiene marcar fuera de casa. Era nuestro gran reto después del empate de casa y conseguimos meter dos", comentó el entrenador.