Conservar el Paraíso Natural es labor difícil y mucho más si los principales responsables de hacerlo no disponen de los elementos necesarios, tanto en personal como en medios. Quienes contribuyen a mantener las condiciones del Paraiso directamente son los ahora llamados agentes del medio natural, antes guardas forestales y de ríos. Hay 238 en Asturias: 142 de recursos naturales, los que también se ocupan de los ríos, y los otros 96 guardas forestales están destinados a los montes, según datos de la Consejería de Desarrollo Rural y Recursos Naturales de la que dependen.

Los vigilantes de los ríos asturianos, especialmente los salmoneros, que nos facilitan durante la temporada la relación de ejemplares que se echan a tierra, disponen de cinco centros de Precintaje en Asturias: Sexteira, en el concejo de Santirso de Abrés, para el Eo; el del Esva, en Valdés; en La Rodriga (Salas), para el Narcea y Nalón; el de Cangas de Onís para el Sella y el Piloña, y el de Peñamellera para el Cares y Deva.

Desde todos los centros coinciden en destacar las mismas penurias. Tomás Carrera García, del Eo, señala que "falta personal para cubrir zonas tan extensas que nos adjudican, no se cubren las plazas vacantes, los coches que tenemos tienen más de 200.000 kilómetros y no se reparan, cualquier día va a producirse un accidente, no se desbrozan las orillas y los pescadores no pueden pasar, no se limpian los ríos?un desastre". Otro guarda veterano, Víctor Manuel Vega Díaz, añade desde las orillas del Sella que "estamos totalmente tirados porque nuestra trabajo no es vistoso, estamos en la zona rural. Nos mandan un cuestionario al final de cada temporada para que pongamos nuestras sugerencias y necesidades y jamás nos atendieron ninguna".

La falta de personal la explica gráficamente David García Rodríguez desde La Rodriga: "Habitualmente estamos dos en cada turno. Ahora uno tiene que quedarse obligatoriamente en el precinto y en este momento mi compañero fue a buscar un paxarín a una playa". ¿Y eso? "Un turista llamó a los servicios del 112 que había un pájaro con un ala rota. Nos trasladaron el aviso y a por él. Con un coche destartalado y abandonando otras funciones".

Porque las misiones de estos agentes no se limitan a la atención de los ríos. Tienen que cubrir otras muchas necesidades: controlar los daños de los lobos y jabalíes, recoger animales heridos o muertos, controlar las repoblaciones, centros de aves ("aquí ahora hasta tenemos que controlar un nido de avispa asiática"), comenta Tomás Carrera, y vigilar a los pescadores. "La falta de Presupuesto nos está hundiendo más de lo que estábamos", señala Victor Manuel Vega. En el Sella están sin guarda mayor porque se jubiló el anterior y no se cubrió la plaza. En el Eo no se sustituyeron dos plazas vacacantes? Es una lucha permanente contra la administración. "Tuvimos que llevar a los tribunales a la Consejería porque no nos daban ropa. Llevábamos cinco años con el mismo uniforme", dice Tomás Carrera, que añade: "Yo tenía una vecina costurera y le llevaba la camisa para que me diera la vuelta al cuello cuando se deterioraba con el fin de poder seguir con ella puesta". "En mi caso, decisión drástica: recurría a la moda china, con camisa sin cuello", añade con humor Víctor Manuel Díaz.

En el precinto del Esva reina el pesimismo porque esta fue la peor temporada de los últimos años. David García García indica que "al principio el río llevaba mucha agua y luego no se venían entrar salmones. Claro que los accesos están imposibles para los pescadores. Desaparecen los caminos con la maleza". En el otro extremo, Borja Riesgo Pardo dice del Cares que están "contentos con el resultado porque al principio parecía que la temporada iba a ser peor".

Este año no tuvieron muchos problemas con los furtivos, salvo excepciones. "Si te parece poco que a nosotros nos pusieron tres cabezas de lobo colgadas de los árboles?", señala David García. "Los furtivos aparecen después. Cuando bajan los caudales y los pescan en los pedreros. Ya llegarán agosto y setiembre", sentencia Victor Manuel Díaz.

Aunque consideran que la temporada fue normal, el futuro lo ven con pesimismo. "Hay que echar más alevines a los ríos", dice Carrera. "O se pone freno o se acaba el salmón. El Principado tiene que tomarlo en serio, consultar a los expertos, darle vuelta a la normativa y asegurar que nuestros nietos puedan ver salmones en los ríos asturianos", añaden desde La Rodriga. Y en el Sella denuncian que las truchas y los reos están desapareciendo y nadie se preocupa de ello.

Duración de la temporada, cupos, cotos, normas? No hay unanimidad. "Tal vez había que abrir primero. La pesca sin muerte es una chuminada y sólo sirve para aumentar la picaresca. Cuando no había pesca sin muerte antes de empezar la temporada normal el primer día sin veda salía un salmón o dos. Ahora en la jornada de apertura salen 30 o 40. Algunos, a los 10 minutos de la apertura. Nosotros no podemos estar presentes cuando pescan", ironiza Víctor Manuel Vega.Y sobre las limitaciones de cuatro salmones por pescador en la temporada añade con la misma sorna: "Ahora pesquen les madres, les moces, los hijos?"

En torno a la gran polémica de esta temporada, el cebo con mosca, también coinciden en que "eso ya no existe. Nosotros las llamamos 'ninfas'. Los salmones ya no tienen que saltar para tragar la mosca. Sería mejor que permitan toda la temporada con cebo natural. Al principio se ponían unos plomos y ahí podíamos intervenir, pero ahora el plomo lo llevan en la barriga las moscas". Un ejemplo: "el otro día me acerqué al río y cogí una mosca en la mano. Pesaba más que una cucharilla".

El Paraíso cada vez es menos natural. Al equipo que lo conserva le falta personal, material, no le hacen caso a las sugerencias, no se cuidan los ríos? Las truchas y los reos ya casi no existen y el salmón, si no se da un vuelco a la normativa, va por el mismo camino. Lo dicen quienes mejor lo conocen.