Los árbitros asistentes de vídeo (VARs), que se están probando por primera vez en el Mundial de Clubes de Japón 2016, han irrumpido con polémica durante la primera semifinal del torneo, disputada ayer entre el Atlético Nacional colombiano y el Kashima Antlers japonés.

La tecnología ya ha demostrado el peso que puede llegar a tener en un partido ayudando al colegiado húngaro Viktor Kassai a señalar un penalti a favor del equipo japonés. Los VARs, después de revisar una jugada en la que los japoneses pidieron penalti, avisaron un minuto después a Kassai para que éste, tras detener el partido, revisara la acción de nuevo en una pantalla colocada junto al terreno de juego y tomase la decisión definitiva.

De esta forma, lo que en directo había pasado desapercibido para el colegiado acabó convirtiéndose de forma inesperada en un penalti para el Kashima que transformó Shoma Doi en la primera diana del encuentro, que finalizó con una clara victoria por 3-0 del conjunto japonés ante un Atlético Nacional que no supo reaccionar tras el polémico gol inicial.

Polémico porque en lo que no repararon los técnicos encargados de revisar la jugada ni tampoco el colegiado húngaro fue que en la misma acción podría haber existido fuera de juego de un jugador del Kashima.

Este Mundial de Clubes de Japón 2016 supone la primera vez en la historia que se pone en práctica esta asistencia del vídeo para ayudar a los árbitros en decisiones importantes en el desarrollo de los partidos.

Los árbitros asistentes de vídeo tienen acceso a todos los canales de transmisión dentro de una sala de operaciones y pueden proporcionar información al árbitro en el campo de juego para corregir errores claros en situaciones de "cambio de partido", como ocurrió en esta ocasión.

Estos incluyen incidentes graves, goles, penaltis, tarjetas rojas y casos de identidad equivocada, como que se amoneste a un jugador que no participó en una acción. Los VARs jugarán un papel de apoyo junto con los árbitros asistentes y el cuarto árbitro, pero el colegiado principal es el que tiene que tomar la decisión.

Con el respaldo de la FIFA, organizadores de competiciones en doce países participarán en experimentos similares durante los dos próximos años. En Europa se comenzará a probar esta tecnología en competiciones femeninas y de juveniles en países como Bélgica, República Checa, Francia, Alemania, Italia, Holanda y Portugal.