Este Oviedo Baloncesto es capaz de aumentar la admiración que genera entre sus aficionados hasta cuando pierde. Nadie de los asistentes al partido que ayer cedieron los de Carles Marco en Pumarín ante el Breogán puede reprochar nada a los jugadores locales. Cuando Jesperson falló el triple, tirado desde una buena posición, que impidió al Unión Financiera forzar una tercera prórroga el aplauso de la grada fue atronador. Se terminaron aplaudiendo todos a todos: las dos aficiones a los dos equipos y viceversa. Unos, los del Breogán, salieron de la cancha exultantes, como si acabaran de ganar la Liga, mientras los del Oviedo, cabizbajos, aún se lamentaban por las buenas opciones que desperdiciaron en la última prórroga para haber ganado el partido y recuperado el liderato de la LEB Oro.

El Unión Financiera empezó mal. Las gradas estaban llenas, pero ni el público ni los jugadores metidos del todo en el encuentro y eso se notó en el primer parcial. En los diez primeros minutos el Unión Financiera estuvo sostenido en ataque por su capitán, Víctor Pérez, que acabó con 25 puntos, pero en defensa ni cogió rebotes ni tuvo suficiente intensidad como para evitar que el Breogán se fuera con una estimable ventaja (20-29).

En el segundo se empezaron a equilibrar las cosas y en ello tuvo una importancia capital la reaparición de Dani Pérez. Nadie contaba con él. No había cumplido el plazo establecido para su recuperación. No van cinco semanas de baja cuando se le dijo que debía estar un mínimo de seis, pero de ninguna manera quiso perderse el encuentro. Fue el mejor. Con la mano izquierda vendada dio una lección de juego y levantó al equipo y a Pumarín.

Con Dani Pérez dirigiendo el barco es más fácil navegar, aunque sea con el viento en contra y tras haber desperdiciado el primer parcial. El cuadro ovetense fue estrechando la distancia en el hasta superar (67-68) por primera vez al Breogán a falta de 6:23 para el final del cuarto parcial. No fue fácil hacer el trabajo. Enfrente estaba un fabuloso Josep Franch anotando de manera desenfrenada y un Stainbrook al que nadie paraba debajo de los aros: terminó con 14 rebotes, 6 de ellos en ataque.

La primera ocasión en la que el Unión Financiera pudo haberse llevado el partido fue en los instantes finales del cuarto cuarto. A 18 segundos del final iban dos arriba (81-79), pero apareció Franch y llevó el partido a la prórroga. Y en la primera prórroga vino el milagro. Un triple de Salva Arco puso con seis de ventaja (87-63) a Breogán a falta de 1:19. Dos Anjos, fabuloso en la prórroga, anotó dos tiros libres; después vino una buena defensa, un tiro libre anotado de Dani Pérez y el segundo fallado para que Dos Anjos cogiera el rebote, anotara y pusiera el 92-93 a falta de 10 segundos. Salva Arco recibió una falta, falló un tiro, metió el otro y de nuevo nadie pudo parar a Dos Anjos para que llevar el partido a la segunda prórroga.

En ella tuvo el partido muy de cara el Oviedo. Faltaban 2:20 y los locales ganaban por cuatro (100-96). Santana penetró a canasta y fue taponado en una acción protestada y que al menos pareció saque de banda local. No lo dieron los árbitros y Breogán le echó garra para dar la vuelta de nuevo al encuentro, aunque a punto estuvo de que sucediera un nuevo milagro, pero esta vez el lanzamiento de Jesperson dio en el hierro. Perdieron tras un maravilloso espectáculo.