Hay circunstancias que están por encima de éste o aquel resultado. Por ejemplo, las que vive en estos días el Real Club Celta de Vigo, que anoche recibió en Balaídos al Manchester United, uno de los grandes históricos de Europa, ahora dirigido nada menos que por José Mourinho y de las Alas Pumariño. El Celta, por vez primera semifinalista de una competición europea, es uno de los espejos en los que habrá de mirarse este decaído Sporting, que lleva el año echando cuentas, apelando a la entrega y esperando el permanente milagro. El Celta, damas y caballeros, señoras y señores diputados, estuvo hace ocho años a punto de bajar a Segunda B. Ocho años después, está jugando unas semifinales europeas en las que aparecen el citado Manchester, el Ajax o el Olympique de Lyon. Por no citar a los cuatro semifinalistas de la Liga de Campeones. El Celta está entre los ocho más ilustres de Europa, que ya es estar.
Balaídos es, pues, un espejo para el Sporting, que tiene como techo al Leganés, del que los rojiblancos no tuvieron noticia hasta ahora. Hubo tiempos en los que los rojiblancos no pisaban el sur de Madrid salvo para jugar un partido a puerta cerrada contra el desaparecido Calvo Sotelo de Puertollano, en el que ejerció de destacado directivo el gran Garrucho, vecino de Gijón y Luanco y en su día primer español en jugar en Gales, región británica que se ha puesto muy de moda por la próxima final de Liga de Campeones. Por cierto, sólo el viaje a Cardiff es más caro que el puente aéreo entre Asturias y Madrid, pero por la inflación de la cita a la que se ha apuntado la Juventus de Turín, que ha encontrado en un Higuaín con tripita a su goleador. Duro rival para el español que la semana que viene se haga con la plaza en la final. Los italianos sólo han encajado dos goles en toda la Liga de Campeones, y los equipos que no encajan suelen ganar muchas cosas.
No encajar ha de ser el primer objetivo de un Sporting que recibe mañana a la decaída UD Las Palmas, que se ha venido abajo desde que su entrenador, Quique Setién, anunciase su marcha al final de temporada. Al Sporting le queda enfrentarse a los canarios, al Éibar y al Betis. Al Leganés le tocan Betis, Athletic Bilbao y Alavés. Las cuentas, claras, y el chocolate, espeso, que se decía antes. Tres partidos a ganar por los rojiblancos del caporal Ferrer, que han de esperar algún fallo del Leganés. El malvado escondido en las masas madrileñas, que degradó al gran timonel a pequeño grumete y que no tiene mucha estima por el caporal, no tiene esperanzas, y de su buen ojo no se puede dudar. Si pregunto, ¿molesto?: Esuperio, ¿dónde vas tan sandunguero ilustre pelotillero? Próxima parada, Capuchinos.
