Una vez transcurrido el primer mes de temporada con muerte, e inmersos de lleno en la mejor época para la pesca del salmón, las cifras de capturas siguen siendo pobres para las fechas en que nos encontramos. Es cierto que el nivel de los ríos es muy exiguo y no ayuda, pero la escasez de peces es una realidad más que evidente. De no cambiar las cosas podemos estar asistiendo a una temporada realmente desastrosa. Veremos a ver qué nos deparan las próximas semanas.

Durante los últimos siete días salieron 24 salmones en los ríos asturianos, uno de ellos devuelto con vida al agua en el Narcea. Cifra pobre, muy pobre, con un incremento de solo siete salmones respecto a la anterior. La pasada temporada, que ya fue catalogada como una con uno de los peores arranques que se recordaban, salieron 56 salmones esta misma semana, y hace dos la cifra llegó a 164. Después un mes hábil, el total de peces capturados es de 68 ejemplares, frente a los 131 de 2016 y a los 325 de 2015 en este mismo período. Los números hablan por si solos.

La mejor prueba de la precaria situación la tenemos los viernes. Después del descanso de lunes y jueves, y que martes y miércoles sean días de cotos parciales, los viernes, ya con zonas libres hábiles, es un excelente termómetro para saber si han entrado peces durante la semana. Siete ejemplares precintados en todo Asturias el viernes no es una cifra que invite al optimismo.

Es cierto que se ha notado una ligera entrada de peces, especialmente en el río Narcea, donde se soltaron varios ejemplares y se avistó algún piño que finalmente no quiso aceptar los engaños de los pescadores. Hecho suficiente para que la afluencia de pescadores aumentara respecto a fechas anteriores. Desgraciadamente la realidad es la que es, y sábado y domingo también asistimos a dos pobres jornadas en todos los ríos. Seguimos a la espera de salmones en todas las cuencas.

Las esperadas y deseadas lluvias llegaron, especialmente a finales de semana, pero no en la cantidad necesaria y apenas incrementaron el nivel de los ríos. Ese pequeño repunte fue motivo suficiente para que entrase algún ejemplar nuevo, y para que los que ya estaban en el río cambiaran de postura aumentando las posibilidades de hacerles picar.

EO. Pésima semana en el río de la divisoria. Un solo salmón echado a tierra el martes supone un escaso bagaje encontrándonos, como estamos, en las mejores fechas para pescar en el Eo. El pez dio un peso de 4,450 kilos y fue pescado en el coto de Louredal, que está acaparando gran parte de las capturas del río. Las lluvias hicieron que cogiera algo de caudal, pero apenas ensució y presentó unas buenas condiciones. Se ve algún salmón por los cotos de Louredal y La Volta, pero no se produjeron más capturas. La asistencia es buena en los cotos, y por las escasas zonas libres también se dejó ver algún ribereño.

ESVA. Del río valdesano poco que decir. Los salmones ni están ni, por el momento, se les espera. Crítica situación la de un río que llegó a dar más de 800 peces. Lleva más de cinco años sin llegar a los 50 ejemplares, tocando fondo la temporada pasada con 17 salmones precintados en sus aguas, ante el pasotismo de una Administración que no termina de adoptar medidas para recuperar el Esva. ¿Crónica de una muerte anunciada?

NARCEA. Lideró las capturas semanales con 13 ejemplares, uno de ellos devuelto al agua en una zona libre sin muerte. Dio salmones todos los días hábiles. El miércoles se vieron varios peces frescos en la zona de Quinzanas, síntoma de que el río había recibido la entrada de salmones, lo que se tradujo en las ocho capturas del fin de semana. Además, se soltaron varios ejemplares la jornada del viernes. Las lluvias apenas afectaron las condiciones de caudal, aunque sábados y domingos suele estar muy corto de agua. Debido a los salmones avistados, la afluencia aumentó el fin de semana. Los peces precintados dieron pesos entre 4,200 y 5,900 kilos. Veremos si durante los próximos días tiene continuidad esa ligera entrada.

SELLA. Solo siete salmones pasaron por el precinto de El Portazgo. Muy pobre bagaje para encontrarnos en pleno mes de mayo. Aunque se ve algún ejemplar de reciente entrada, la realidad es que hay muy poco salmón. Las lluvias de jueves y viernes hicieron que el sábado subiera ligeramente, sin que ello se tradujera en capturas. La afluencia fue buena en los cotos, y más baja de lo habitual en las zonas libres, aunque los puntos claves se pescan a diario. Los peces pesaron entre 4,360 y 5,700 kilos.

CARES. De las cristalinas aguas del Cares salieron tres ejemplares durante los últimos siete días, todos ellos echados a tierra el viernes. A principios de semana se había visto algún pez de entrada por la zona baja, lo que hacía pensar que se producirían capturas el resto de días. Con las lluvias subió algo y enturbió ligeramente de la unión con el Deva hacia abajo, aunque sigue estando lejos de su nivel óptimo. Los tres salmones del viernes fueron motivo suficiente para aumentar la asistencia de pescadores y hacían pensar en un fin de semana con capturas, pero finalmente sábado y domingo cerraron en blanco, poniendo de manifiesto la escasez de peces. Los peces arrojaron pesos entre 4,200 y 4,700 kilos.