Así amaneció ayer domingo la estatua de Don Pelayo en Cangas de Onís, luciendo una camiseta del Real Madrid serigrafiada con motivo de la final de la Liga de Campeones. Le fue colocada, a buen seguro, por la nutrida peña de seguidores merengues de Cangas. La anécdota levantó mucha controversia a lo largo de la mañana, pues vino a coincidir con la celebración de la tradicional "plaza" -mercado semanal- en la urbe canguesa, a la que suelen acudir decenas de turistas y visitantes. Además, al filo de la medianoche, también restallaron cantidad de voladores en el cielo cangués, en pleno éxtasis madridista, para celebrar la conquista de una nueva "orejona" para la casa blanca, informa J. M. CARBAJAL