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De cañas con... ÁNGEL DÍEZ DE TEJADA MARTÍNEZ | Experto pescador de salmón y ribereño del Narcea

"Disfruto tanto pescando que me adapto a lo que sea"

"Los salmones están pasando por un ciclo en el que, cada vez más, dilatan su regreso a los ríos asturianos"

"Disfruto tanto pescando que me adapto a lo que sea"

Hoy hemos quedado con uno de los pescadores más veteranos y con más años de experiencia de Asturias. Ángel Díez de Tejada, popularmente conocido como Quilo Tejada, es una persona muy querida y respetada a orillas del Narcea. Sus más de setenta años de experiencia le han permitido conocer los años gloriosos del río y, desgraciadamente, también su decadencia. Años que le convierten en una de las voces autorizadas para analizar la situación actual con la perspectiva necesaria. Tesorero durante 17 años de la Sociedad Las Mestas del Narcea, Quilo es de esas personas que disfrutan estando en el río, y lo hace acudiendo todas las mañanas a su querido Narcea a echar unas varadas, independientemente de que ello se traduzca en la captura de un ejemplar.

Experto pescador de cebo natural, modalidad por la que siente admiración, es también un apasionado de la pesca con sedal pesado. Asiduo participante en las pruebas de lance de mosca que se celebraban en los años cincuenta y sesenta a orillas del río Sella, donde era habitual verle entre los ganadores. Actualmente sigue siendo un devoto pescador de mosca, siendo frecuente verle por los pozos de las inmediaciones de Cornellana con su caña de dos manos tentando a los salmones.

-¿Cómo empezó a pescar?

-De crío, a las truchas en el Nonaya, ya que al río grande, al Narcea, no nos dejaban ir. A los 14 años pesqué mi primer salmón. Recuerdo que entonces no existía la cola de rata, pescábamos con cuerda de cantero, cañas de bambú de cinco metros que se torcían enteras, y carretes de madera hechos a mano por algún tornero.

-¿Qué opina de la actual temporada en el Narcea

-Creo que los salmones están pasando por un ciclo en el que, cada vez más, dilatan su regreso a los ríos. Hace años se abría la temporada en febrero y se sacaban salmones desde la apertura, ahora apenas entran hasta bien avanzada la temporada. Hace dos años fui todos los días a pescar durante el período de pesca sin muerte de marzo y abril y no me picó un salmón hasta la víspera de abrirse la veda con muerte. No hay duda que ahora llegan más tarde.

-¿Habrá conocido las buenas épocas del Narcea?

-Mi padre era el delegado de la Asturiana en Cornellana, y cuando se instalaron los precintos, los salmones se guiaban en mi casa. Se precintaron miles de salmones en casa, todos los peces pasaban por nuestras manos, hubo muchos años de 800, 900 y más de 1000 salmones, la mayoría de buen peso. Hace muchos años en una apertura saqué 23 zancados, eso da una idea de lo que entonces había.

-¿El Narcea entonces daba salmones muy grandes?

-Si, daba gusto pescar aquellos salmonazos, casi todos por encima de los seis kilos. Recuerdo una ocasión, hará 60 años, pescando en la Escollera de Cornellana, en el último espigón que llamábamos el Sabugo. Era un mes de marzo, saqué un salmón de unos tres kilos y, pensando que era un zancado, iba a soltarlo; había un pescador del Sella allí viéndome y me dijo que era un pez fresco. De aquella era impensable sacar un salmón de ese peso, por eso creí que se trataba de un zancado, lo normal en marzo era sacar salmones por encima de los ocho kilos.

-¿Posibles soluciones a la situación actual?

-Es difícil, es un tema muy complejo. Quedan salmones en el río para desovar, pero de escaso peso, valía más un salmón de los de antes que veinte de ahora. Salmones de dos kilos pocas huevas ponen en comparación con aquellos de siete kilos o más. Sería importante repoblar con un mayor número de alevines, si ahora se sueltan 100.000, habría que soltar una cifra muy superior y ver qué pasa.

-¿Los salmones cada vez suben menos en el Narcea?

-Sin duda. Creo que es por el embalse y por las variaciones de caudal. Además, muchos años vemos salmones desovando en la Payariega, en el coto de Villanueva, muy cerca de la orilla, pero luego esas puestas quedan en seco, esa puede ser una de las causas, pero no sabría decir los motivos reales por los que no suben. Cada vez hay menos río donde pescar. Recuerdo que nosotros llegamos a pescar muchos salmones en el Pigüeña.

-¿Se puede recuperar la zona alta?

-Creo que es irrecuperable, solo hay que ver las cifras de capturas de los cotos de la zona alta, me temo que no hay manera de revertir la situación. Hace años era un espectáculo ver los salmones que quedaban en Las Mestas, La LLonga, La Tea, etc. Hoy día se le cae a uno el alma a los pies de ver a lo que ha llegado esta zona.

-¿Qué opina de la normativa?

-Me parece bien, disfruto tanto pescando que me adapto a lo que sea. Por una parte me alegro de que este año haya habido pocos salmones, hay presidentes de sociedades de pescadores que quieren volver a abrir la temporada en marzo, y yo me pregunto para qué, si en esas fechas apenas hay salmones en ningún río. Del resto de aspectos de la normativa, por ejemplo, el soltar ahora en el período de solo mosca los mayores de 75 cm no lo veo correcto. Para medir un salmón hay que sacarlo del agua, manipularlo, y creo que es perjudicial. Prefiero que siga siendo con muerte hasta mediados de julio, no creo que a mosca se cojan tantos salmones y siempre quedarán peces de sobra para desovar.

-¿Y sobre el cupo de cuatro salmones?

-A mi me sobran, pero entiendo que haya gente que quiera llevarse más peces para casa. Insisto que a mi lo me gusta pescar y estar en el río, si tengo que soltarlos no me cuesta en absoluto. De todas formas estamos evolucionando, y como ejemplo tenemos el Proyecto Arca, al que este año han donado peces, de forma voluntaria, pescadores considerados tradicionales.

-¿Le parece correcto que cada vez haya menos días para pescar a cebo natural?

-No, a mi me gusta mucho pescar a cebo. Cada aficionado, dentro de la legalidad, que pesque como quiera. A mi me gusta la mosca, pero el cebo natural también me apasiona y todos los añosquiero pescar al menos un salmón con esta modalidad.

-¿Qué opina de la presión de pesca?

-Hay mucha, y no es buena. La zona baja es una locura, todo el mundo quiere pescar. Aunque a mi no me gusta ir a los sorteos de la media hora, reconozco que es la manera más democrática de hacerlo. No es fácil solucionar este problema.

-¿Es partidario de la venta del salmón?

-Hace años vendí muchos salmones. Cuando trabajaba en la presa de Calabazos sacaba más dinero con los salmones que con el sueldo; recién casado, mi primera lavadora, cocina, etc., las tuvimos gracias a los salmones. Pero hoy día creo que vender los salmones es una insensatez, si se permitiera daría lugar a mucha picaresca.

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