El Real Avilés dio ayer un paso adelante en su proyecto y se llevó ayer ante L'Entregu una victoria de tranquilidad, la primera de la temporada. El conjunto blanquiazul, con apenas veinte días de trabajo y una plantilla hecha contra el tiempo, ya sabe lo que es ganar, aunque no sin sufrir. El Avilés, pese a que en la primera mitad encarriló el choque con el doblete de Santos, se vio obligado a frenar el partido en la segunda parte para no dejar escapar los tres puntos. Tanto fue así, que acabó desquiciando a los visitantes, que veían como pasaban los minutos sin que el balón estuviera en juego y como el gol de su jugador Riki no iba a tener premio.

Comenzaron con más desparpajo los visitantes llevando el juego a la portería rival, pero el conjunto blanquiazul supo tirar de efectividad y aprovechar las dos primeras opciones de verdadero peligro que logró generar. El primer gol fue gracias a una gran jugada de Anselm, en el 22, y el segunda a un gran pase de Chus, en el 31, pero fue Santos el que las tuvo el ojo para fusilar al portero rival en ambas ocasiones. Entre tanto, el guardameta del Avilés, Lucas, se lucía con varias paradas de mérito, como las que realizó ante la vaselina de Alonso o el remate de Meana.

La segunda parte fue muy diferente. L'Entregu quería marcar pronto ante un equipo que sabía corto de forma -a sus pretemporada corta se une el partido del miércoles en Copa del Rey-, pero no fue hasta el minuto 77 cuando Riki vio portería tras un buen pase de Imanol.

No hubo más partido. El equipo local impuso su guión y supo trabar el choque para que el cansacio no le pasase factura. Las constantes interrupciones desquiciaron a L'Entregu y los nervios llegaron hasta un punto en el que comenzaron los problemas: un empujón del visitante Imanol a Chus, que no vio el colegiado, tras una falta del jugador local no pitada y una tangana con el blanquiazul Adama y el visitante Roberto como protagonistas, que se saldó con sendas amarillas.