Los caprichosos guiños del calendario obligan a los dos protagonistas del derbi de Asturias del sábado a las dieciocho horas a jugar hoy sendos partidos de Copa del Rey. El Sporting, en Reus ante los discípulos nada menos que de López Garai, aquel jugador que por desconocidas razones fue sacado poco menos que a empujones del vestuario rojiblanco. El Oviedo recibe al Numancia de Soria, un clásico que gozó de los placeres de Primera y que se mantiene firme en Segunda gracias a una gestión del todo punto admirable.
Como diría un clásico de la crítica ciclista, jornada de transición antes de la gran etapa de alta montaña cuya espera se ha normalizado, por lo menos hasta ahora, y en la que han aparecido unas sensatas declaraciones de Arturo Elías, mandamás del mundo azul. El deseo de victoria del equipo de cada uno no tiene nada que ver con algunos intentos de embarrar el terreno de juego. Elías ha puesto en su sitio la celebración del partido. Bienvenida sea la sensatez.
Mientras, en el mundo rojiblanco, sorpresa por las declaraciones de Lillo en Pamplona asegurando que ni él ni su familia se encontraban bien en Gijón. No en el Sporting, sino en Gijón. Curiosa versión de una marcha en la que no se meten razones deportivas, sino ciudadanas. Curiosa la familia de Lillo, una de las contadas excepciones que no se encuentran bien en un Gijón cómodo y acogedor. Lillo podría habernos abierto los ojos antes de su marcha sin esperar a su llegada a Pamplona.
Con lo que diga Babin nadie se puede sorprender porque el central, ahora en Israel, se ha pasado sus meses en el Sporting provocando conflictos, metiéndose donde nadie le llamaba (recuérdese su petición para que renovara Rubi), atacando a Torrecilla y contando, por lo general, bolas procedentes de Martinica. El chico ha hablado más que jugado y se espera que sus declaraciones sean las últimas agrias de este paciente verano rojiblanco. Pero debe de quedarle contrato aún en este Sporting, cuya segunda unidad va a aparecer hoy en el partido de Copa del Rey.
Un partido, distinguido público, que va a ser una prueba de gran interés para los jugadores que comparezcan en el campo catalán. El Sporting ha de tener listos a todos sus futbolistas si de verdad quiere aspirar a que éste sea el ejercicio del regreso. No hay ascenso posible con sólo once jugadores porque la Segunda es una especie de castigo eterno. Una noche más importante de lo que pueda parecer.
Por cierto, si pregunto, ¿molesto?: ¿sabe Esuperio cuál fue el fallo más grave en un derbi, si el de Felipe en el Carlos Tartiere o el de Viti en El Molinón? La solución, otro día. Próxima parada, Capuchinos.
