Lo intentó el Unión Financiera pero la desventaja con la que se fue al descanso tras el segundo cuarto (54-31) fue una losa demasiado pesada y acabó cayendo ayer por 91-86 ante el Valladolid. Los ovetenses no se entregaron hasta el último instante y hasta hubo alguna decisión arbitral que extrañó en un final que tuvo una emoción que no se esperaba visto lo visto en el inicio del choque.

Un encuentro que sirve por lo demás para mantener unas sensaciones similares a las que han dejado los de Carles Marcos desde que comenzaron la temporada: son capaces de lo mejor y a veces de lo peor. Cuando este equipo se conecta es un vendaval muy difícil de parar, pero cuando se va del partido lo hace del todo y es capaz de recibir parciales muy contundentes.

El Unión Financiera tuvo que lamentar también la ausencia de un hombre tan importante como Mouhamed Barro, que no pudo jugar tras el golpe que se llevó en la victoria (90-85) de la pasada jornada ante el Ourense.